Lo que me bota la armonía

No es tan malo. El hecho de que atropellaran a mi perro frente a mi y que luego el conductor me gritara que era un imbécil por sacar a la calle a un cachorro, no significa que eso haya sido una completa tragedia. Trato de no traumarme por pequeñeces.

Tampoco es malo que ahora me salieran con el cuento de que tenía un examen que venían anunciado por semanas y yo no me había dado cuenta. El hacho de no haber estudiado no significa a ciencia cierta que voy a salir mal. Es lo más probable, sí, pero nada me lo asegura.

Otra cosa que no considero mala es que me haya parado en excremento humano justo a la salida del colegio. No es una gran desgracia pues ya iba para mi casa y no iba a molestar a nadie con el olor. Además, ahí estaba un verde pasto al alcance de mis pies para limpiarme a mis anchas. No es de extrañarse que me pasara esto. Mi colegio está rodeado de una zona marginal en donde cualquier cosa puede suceder.

Hay gente que cree que no tengo bien ordenadas las prioridades en mi cabeza. Esta idea se me ha venido a la mente porque acabo de enterarme de que se me ha perdido todo el dinero de esta semana. Es decir que caminaré todos los días ida y vuelta de la casa al colegio y del colegio a mi casa. No importa. Peores cosas se perdieron en el diluvio. Además, es solo dinero.

No hay grandes desgracias en este mundo en realidad. Aunque me hayan robado el reloj que me regaló mi abuelo justo a la entrada de la colonia, sigo creyendo que no me han sucedido grandes desgracias. La verdad es que este día no ha sido el peor. Solo hay algo que podría botar la armonía de mi vida. Algo que me provocaría un desequilibro mental enorme: que mi mamá se enterara que por mi descuido atropellaron al perro, que sin querer se me salga frente a ella lo del examen, que se dé cuenta de que mis zapatos están embarrados de porquería, que de alguna manera supiera que mi déficit monetario se debe a otro descuido de este humilde muchachito y que además de todo, supiera que mi reloj ahora está en posesión de algún maleante.