Te extraño, y cuando te tuve a mi lado, te dí la espalda por lo menos de noche, al dormir como tantas veces juntos, y el reclamo es a mi maldita indiferencia, a mi carácter y a mi desidia de no ir contigo a cualquier lado, a la playa por ejemplo.
Pero ya te fuiste, o ¿me fui yo? y sin darme cuenta... ¿no estaba contigo antes de tu forzada partida? No lo sé, ya no sé nada, salvo que me duele la cabeza y no estas tu, que me duele el pecho y no estoy yo, que nos duele al alma de no estar y no estamos, juntos.
Este en cuenta final es mi reclamo inconcluso, infinito a mi y a mis motivos absurdos vistos desde la perspectiva solitaria de mi estancia extranjera, que tan pronto termine me llevará a sólo la decisión de nuevo verte, pero sé que no podré, y al dormir solo me cuenta dí, de lo absolutamente inevitable que es sin tí todo, como cuando te vi partir.
Hubiese deseado que no fuera así mi despedida, y de haber podido te habría besado en los labios por última vez...
¿Qué pasará si te veo de nuevo? ¿Podremos hacer nuevamente el amor? ¿Podremos quedarnos juntos esta vez? ¿Te besaré como no pude hacerlo en nuestro último encuentro? |