"EN LA NIEBLA DE TUS DUDAS, HALLÉ LA CERTEZA DE MIS VERDADES..."
Lo escribí pensando en tí..., hace tiempo...
Es el mensaje que te envié anoche, justo antes de cerrar los ojos y caer en un sueño muy profundo...
Al despertar, tu imagen lo inundaba todo... Soñé contigo, conforme avanza el día recuerdo más detalles...
Nos vimos en una casa muy grande, la recuerdo perfectamente... Casi como el "PARAÍSO", pero con distinta distribución y decoración también...
No sé cómo llegué hasta allí, eso no lo recuerdo, aunque sí que recuerdo la claridad de mi pensamiento en ese momento en el que fuí a buscarte... Sólo quería verte...
Estaba fuera de tu campo de atracción, del embrujo que antaño me hacía olvidarlo todo cuando te veía...
También sabía que estaba dispuesta a entregarte lo mínimo (o, mirándolo de otra manera, lo máximo) sin implicarme en tu vida y sin caer en tu juego...
Me sentí bien al triunfar, mi respeto al amor por encima, esta vez, de tus deseos...
Hubo las caricias que me entregaste, devueltas... Ternura con la defensa extra de mi alma, conociendo lo efímero de tu sentir...
Me veo tumbada en tu cama, sabiéndome fuera de lugar, pero disfrutando de saberlo...
Te acercaste a mí y te colocaste encima, besándome de una forma apasionada, con ansias y prisa..., como si ese momento fuese a escapársete de las manos y lo supieras, tan bien como lo sabía yo...
Te pedí que pararas y te apartaras, un segundo antes de que un chico irrumpiera en la habitación... No lo había visto nunca antes... Se suponía que era tu novio, porque te vio cuando te bajabas de encima de mí y su reacción fue una transfiguración desesperada de su rostro...
Tampoco miré demasiado, no me sentía en absoluto responsable de ello... Sólo sabía que debía marcharme...
Salí por la ventana, a un balcón con una vista preciosa... Había pocas casas cerca, se veía campo, se respiraba frescor en el aire, como oxígeno recién desprendido por los árboles que rodeaban la casa...
Y salté al vacío, como sabiendo que era un sueño y no me sucedería nada..., aunque al llegar al suelo, y caer de pie, me sintiese sorprendida de que no me hubiese sucedido nada, al saltar de una altura superior a dos pisos normales...
Iba a salir corriendo, pero volví la vista atrás... Ví una patrulla de policias en la puerta, mientras caminaba lentamente hacia el porche de tu casa... Por un momento, quise saber qué sucedía...
El porche tenía la entrada al contrario de tu casa en el campo, y había un enorme árbol cerca, justo al lado izquierdo de la entrada, sin estorbar la visión de ésta...
Ví la mirada de los policías, alertados por mi presencia, y advertí un gesto en ellos que me hizo pensar que me buscaban a mí... Fue cuando eché a correr, regocijándome por estar diciéndote adiós de nuevo..., sabiendo, muy en el fondo, que jamás volvería a verte ni a desear tu piel, más de lo que tú deseabas la mía, en silencio, a pesar de lo que elegiste vivir en tu vida...
Me desperté tranquila, sosegada, sin miedo, sin angustia alguna... No me correspondía a mi sentirme así...
Gracias doy a la vida por darme una nueva oportunidad para amar, libre de tu cárcel en la que sigues prisionera por consentimiento propio...
Quizás seas como un pajarillo enjaulado desde muy pequeño..., al que, por más que le abras la reja, sigue cantando, aparentemente feliz, en su jaula...
Lo último que supe de tí, aparte de que no eras feliz, y algunos acontecimientos importantes de tu familia, fue lo que decía tu mensaje:
"Escuchando lo más profundo de mi ser y entendiendo lo que me quiere hacer entender mi persona, he llegado a sentir que con tu ausencia sería un alma sin vida, gracias por existir."
Mi alma ya no se sobresaltó con ese mensaje, mi corazón no cambió su ritmo de latir..., ya la decepción dejó paso a mi nueva vida y no me mereció la pena reacción alguna, pese a lo asombroso de tal afirmación...
Mi sueño es un homenaje a tu recuerdo, tal vez una visita que mi alma, que te amó hasta el extremo, te dedicó, tras el preámbulo de mi mensaje...
En el fondo seguiré encontrándome con tu alma infinitamente, pero sin relacionarla con tu rostro, ni siquiera con tu nombre... Será como la suave caricia del viento regalada, por momentos, a mi piel agradecida...
Te deseo lo mejor... Sé que, en el fondo, lo sabes...
Adiós.

(22/02/05)