Solía ser una persona normal, sin complicaciones que modifiquen mi estilo de vida... pero te vi. Te estoy conociendo y el interés te abre la puerta para calmar a la curiosidad que continuamente pelea con el tiempo y el espacio por impedirnos estar juntos.
Supiste llegar a mí, me enamoraste y tiraste abajo mi hipótesis que afirmaba no volver a querer más. Gracias por hacerme sentir, hacia bastante tiempo que no podía disfrutar los días en su totalidad, aburriéndome de lo rutinario, hacer las cosas sin ganas porque no había nada ni nadie que me motive, despertar cada mañana pensando cuando terminaría ese día y dormir hasta el cansancio para vivir menos la vida monótona que frecuentaba.
Nunca supe tratar al tiempo, el cual me tiene toda la semana dando vueltas acá en este lugar aislada de vos, pensándote para cuando llega el deseado viernes corra despavorido con el único objetivo de alejarme de vos... Y de vos que hay... hay muchas cosas aliadas del maldito tiempo que convencen al destino para que yo hoy este acá y vos allá ocupándote de tus negocios de trabajo vinculados con la diversión en vacaciones de ellos. Todos esos “ellos” que no te dan felicidad y que en mi abunda como pocas veces.
Vos elegiste ese futuro para vos y yo acá estoy construyendo el mío que recién comienza con un largo camino por recorrer... Lejos de ti
Solo me queda recurrir a la resignación y vivir junto a aquel olvido tan frío y cerrado que no me deja llegar a él.
Todas estas alteraciones dejan de lado esa vida normal que tanto odiaba y que hoy aclamo por el simple hecho que el sufrir me agobia mas que la soledad.
Para AB