| ¿Gran amiga?, qué gran amiga has sido me has inspirado tanta confianza
 que a veces me siento culpable de sentirte maligna;
 con tu fingido comportamiento
 supuestamente eres el agua pura y cristalina,
 pero es mentira, únicamente mentira,
 entonces este gran miedo me acobarda,
 ¿será talvez que jamás, jamás fuiste sincera?
 
 No, no eres tu la que me ha causado este tormento,
 ¡claro que no!, y ¿por qué culparte…?,
 si eres “tan buena”, solo Dios sabe de tu sinceridad
 de tu inconfundible amistad.
 
 Con ironía infinita puedo plasmar estos versos,
 no me preguntes por qué lo hice,
 no lo hagas porque puede ser que tu límpida conciencia
 te haga padecer la oscura maldad que en mi destino pusiste.
 
 Quisiera decirte de todo,
 decirte que para ti esta no es la tierra es tu paraíso,
 es tu escondite malvado.
 
 Me clavaste la puñalada y para tu regocijo estoy muriendo,
 estoy a punto de morir, pero lucharé no por vengarme,
 sino porque sé que mis padres y hermanas me necesitan, y no tu
 que has sido y sigues siendo mi padecimiento.
 
 Aléjate de mí si te sientes culpable,
 no me implores perdón porque eso ya no importa,
 esto es inservible para esta alma confundida.
 
 Ahora comprendo que ni las lágrimas sirven
 para desgarrar este tormento.
 ¡¡Maldita…!! , fingiste…, falsa…, y yo que creí
 que sólo el enemigo  hacía daño, no…,
 claro que no, ¿qué más quieres?,
 ¡¡dime…!!, ¿qué más esperas?
 
 Acaso mi dolor no es suficiente
 para que tu maldad se rinda?,
 búrlate de mi dolor, no sientas compasión,
 lo único que puedo hacer por ti
 es implorarle al tiempo
 que no te imponga ningún castigo.
 
 |