Habló al auricular intentando transmitir seguridad con escasa convicción:
- No te he llamado. Se me ha pasado.
-...
- No es rencor. La verdad es que desde que me dejaste he estado bastante ocupado.
-...
- Claro que he salido.
- ...
- Sufrir¿? Dijiste que no querías que sufriese y ahora te molesta que siga adelante.
- ...
- Claro. Yo sigo con mi vida.
-...
- Podemos quedar, por supuesto. Llámame un día de estos y ya veré como ando de tiempo.
Colgó, miró la pared con un suspiro y clamó "Señor, espero que llame cuanto antes".
Texto agregado el 21-02-2005, y leído por 145
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Lectores Opinan
12-11-2005
Esto resulta tan familiar, que los supuestos y los malentendidos al final hacen dar más vueltas de las necesarias:miedos, inseguridades, un tira y afloja de ambas partes lleno de contradicciones.
pic
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