UN ASCENSOR, DIEZ PISOS Y DOS FINALES DIFERENTES.
Primer piso:
- ¿Sube?
- Si –responde ella sonriendo abiertamente. Su dentadura brilla, resplandece. Oprimo el botón; las puertas se cierran, su color cromado parece manoseado largamente.
Segundo piso:
“Oficina ciento diez, ciento diez. Mis zapatos, ¡Qué vergüenza! Están raspados en la punta, y tengo que caminar diez cuadras para coger el bus. Ciento diez; es linda”
- ¿A qué piso va?
Tercer piso:
“Es algo atrevido, ¿qué le importa? Habla...”
- Décimo piso –dice ella, curvando sus ricos labios. Luego, agrega muy despacio:- ¿Y tú?
Cuarto piso:
“¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú? ¿Y tú?”
- Décimo piso, también.
- ¿En serio?
Quinto piso:
- Qué casualidad...
“Coincidencia. Se dice Coincidencia.”
- Sí, qué casualidad.
- ¿Vives...
Sexto piso:
- ...muy lejos?
“No tanto, un poco, relativamente, estás buena”
- Vivo en el occidente –digo mientras veo sus ojos azules. Afuera, el aire zumba contra el cristal.
- No... No puede ser, ¿en serio?
“Qué, ¿me estoy riendo acaso?
Séptimo piso:
“No eres muy lista, ¿cierto?”
- Sí –digo con firmeza
- Es... increíble –comenta como quien hace un descubrimiento excitante- Yo también, ¿sabes?
Octavo piso:
“¿Me sudan las manos?”
- ¿Cómo te llamas?
“Nacho, Tito, Jorge, Felipe, tú dime como quieras...”
- Andrés. Soy Andrés. ¿Y tú? –Ella sonríe otra vez, y sus dientes asoman, perfectos y blancos.
Noveno piso:
“Oficina ciento diez, ciento diez, ciento diez. Qué pasa, ¿no dices nada?”
- Y, ¿cuál es tu nombre? –digo impaciente.
PRIMER FINAL
Ella no responde. El ascensor se detiene, una especie de timbre suena y las puertas se abren. Un corredor se presenta ante nosotros; ella sigue en silencio.
- A qué oficina vas?
- No, debí haberme bajado en el cuarto. Lo siento -Ella sonríe dulcemente:- Perdón.
- No... importa.
Comienzo a caminar. A mi espalda, las puertas metálicas se cierran sin hacer ruido.
“Ciento diez, ciento diez... ¿Dónde estará la oficina ciento diez?”
SEGUNDO FINAL
Ella no responde. El ascensor se detiene, una especie de timbre suena y las puertas se abren. Un corredor se presenta ante nosotros; ella sigue en silencio.
- A qué oficina vas?
- Aún es temprano –responde ella. Después de una larga pausa durante la cual se ha quedado mirándome de pies a cabeza, me pregunta:- ¿Bajas conmigo?
Oprimo el botón, las puertas del ascensor se cierran, ella vuelve a sonreír.
Noveno piso:
- Claudia.
- Gusto en conocerte... |