Soñando con la realidad

Despierto pienso en vos y parezco volar,
Sentirme nada en el viento y dejarme llevar,
Tan solo recordar tus labios almendra y el silencio,
El silencio de un ave cual pétalo fugaz sin abrigo,
El paraíso inconexo de sed que al dormirme padezco,
Donde la realidad se vuelve un sueño cuando estoy contigo.

Crepúsculo húmedo que derrocha lágrimas en mis mejillas,
Palabras desiertas sin oasis murmurando el que se yo del qué sabré,
Hay un río al este de mis hombros que hace cosquillas,
Mujer hermosa al norte de la cual me enamoré.

Me siento perseguido por mí mismo,
Sumiso de mi corazón aquelarre que dibuja el eco de su estribo,
Soñando despierto al verte dormida en un sueño,
Embebido en halos de sangre que parpadea el abismo,
Ilusión de tenerte curando el frío de mi miedo.

Llega tu voz a mis oídos arropando mis heridas,
Pienso en que si logro olvidarme de ti temo olvidarme de quién soy yo,
Este mi triste corazón sufrido que de mañana piensa en vos,
Se ilusiona como en cada poema al conocerte,
Se desmorona cual nada en grieta al decir abigarrado adios.

Cómo encontrar palabras para definir lo que siento por vos,
Triste alegría que pierde sombra con lágrimas ciegas,
Porque mi corazón entiende que cuando amanezca con sol,
Y al despertar me mires susurrando un lábil “te quiero”,
Ese día ya solo seré cenizas... cenizas que seguirán pensando en vos.

Rumbo perdido peregrino de la brisa de la vida,
Que me condujo a la imposibilidad de dejar de desear tu boca,
Pena que llora tu nombre en sueños que no se vuelven realidad,
Paradoja adusta que sigue adelante sumando arco iris de derrotas,
Amando tu risa, escuchando tu sombra, evadiendo mi verdad.

Poemas que irradian palabras ebrias del desahogo,
Un trébol siniestro de seis hojas me comenta mi destino,
Pero a veces hasta la misma verdad no puede valerse de sí misma,
Pues los pétalos del trébol me dicen que junto a ti está mi camino.

Ahora que el tiempo pasa y respiramos nuestro olvido,
Dime por favor si debo olvidarme de todo lo que no podré olvidar,
Si debo dejar atrás mi vida y crear una bajo la sombra sin alivio,
O si debo continuar siendo de tu mirar esclavo de amor que no puedo dejar.

Ya tú eres quien decide en suburbios de mi vida por mí,
Consciencia de mi edad que comprendo pero no me rescata,
El cerrojo de mi miedo que abre puertas por ti,
Dejando mi cielo a un lado mientras mi sombra por mirarte se desata.

Es triste despedirse como ahora en un poema con tu nombre,
Derrocho lágrimas que se las lleva el trébol que seduce mi continuar,
Pero lo más doloroso no es convivir con este sufrir que llora y se esconde,
Lo más triste y simple de todo...
Es que esto no es un sueño ni fantasía del despertar sino... tan solo mi gris realidad.