Tormento de nostalgia
está sintiendo mi cuerpo, y
la tristeza del corazón está en agonía
no tiene refugio, peor aún salida.

Aquí me tienes llorando tu eterna mentira
y lamentando la angustia de la mi muerte.

Sí, aquí me tienes, encarcelada
rodeada de puñales que causaron
heridas profundas y sus cicatrices
son incurables...

Ya no puedo soportar tanto dolor;
dolor de muerte, dolor de angustia,
dolor de todo, dolor de nada,
no puedo soportar tanto tormento.

Mi vida se terminó, ¿y culpa de quién es?,
si ni yo lo sé, ¿no lo sé?,
¡eres tú..., eres tú: mentira audaz!, y
¿qué me dices que no...?, reprocharme insistes;
burla hiciste de mi muerte, y
la culpable es la esencia maliciosa de tu alma.

Con mi vida se fue la esperanza,
se terminaron mis sueños, se acabó la ilusión.

No resistí, y
por el desierto voy llegando lentamente
al abismo del tempestuoso torrente, y
voy sola si alma, sin destino, sin vida;
a llorar mis penas sin consuelo;
recordando tu maldad, olvidando la ilusión,
olvidando la ternura y el amor.

Ya todo está distante,
todo es pasado, todo es futuro inalcanzable;
porque mis días están enterrados
en el abismo de tu maldad y mis ilusiones
en el infierno de tu hipocresía.