la pimienta se derrama
la sal inflama las heridas
el extraño visionario llora prisionero de los aplausos
mar mediterraneo ahogando la penumbra
los vidrios rotos
del espejismo de azucar
los muertos bailan al mismo ritmo
son eternos
como el bostezo del mediodia
tendidos sobre el caparazon de las sandias
los vivos nadan en un vaso de whisky barato
tabaco para pasarse la tarde oyendo los pajaros
reventarse el cerebro.
Texto agregado el 20-02-2005, y leído por 118
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