Cuando la enfermera terminó de hacerle el enema lo acomodaron en la cama, malhumorado, con el entrecejo ceñido, con los dientes apretados.
Gruñó -Esto no es vida! Pero no sirvió de nada, nunca servía de nada, no mermaba el dolor o la incomodidad, no dejaba de necesitar el tanque de oxígeno, el aire seguía con el mismo olor antiséptico.
Prendió el televisor, veía por la puerta cómo las enfermeras y los doctores pasaban, iban y venían con paso agitado, atareados y ocupados en sanar cuerpos... respiró hondo y exhaló un suspiro... miró el cablerío de mangueras conectadas a bolsitas de suero y clavadas en sus venas con agujas, los parches que le informaban que su corazón todavía latía a una computadora que mas de una vez lo desesperó con sus pip... pip... pip...
Respiró hondo de nuevo, y volvió a suspirar, se miró la piel blancuzca y marchita, las uñas largas, y la desesperación de años de juventud y fuerza se derrumbaron sobre él como piedras de nostalgia, la impotencia de estar enchufado a esos aparatos, la vergüenza de que una enfermera le ayudara a defecar, se odió, se odió con tanta fuerza, con tanto dolor, odió sus enfermedades, sus dolores, su vida hueca de cualquier orgullo, y unas perlas de angustia cayeron de sus ojos. El hospital se hundió en un silencio repentino, las enfermeras y los médicos ya no corrían, la televisión estaba encendida pero no emitía sonido alguno, y el silencio crecía... un hombre de traje se paró en la puerta, tenía en el brazo un sobretodo y un bombín negro. Se acercó hasta la cama, y se los ofreció con gesto amable. El viejo se sentó sin dificultad en la cama, se paró y se puso el sobretodo, tomó el sombrero abombado y lo miró un rato, reflexionando en lo decisivo del momento; Finalmente alzó la mirada, y con una sonrisa en la cara agradeció los obsequios.
Se puso el bombín y comenzaron a caminar juntos a la salida del hospital mientras los hombres de batas blancas entraban corriendo a la habitación y pedían fibriladores y oxígeno y presentaban un coreográfico intento de resurrección. |