El camino del para qué,
la exactitud de la perfección,
la perfección de la imperfección,
buscar los momentos,
atrapar un electrón.
Caer en la perdición,
la incoherencia coherente,
la falta de gusto,
la estética individual,
la brutalidad cotidiana,
la imposibilidad de convivir,
las ganas de matar,
encontrarse y
volver a perderse.
No tengo razones,
están demás,
justificarse, excusarse.
La calle me encerró,
me tomo del brazo
y acá estoy,
sudando toda la noche,
por nada, por nadie,
sin poder crear algo
del vació.
Escribo para existir,
soy ultimo recurso,
estoy tibio
en un mundo frió,
pero no sufro
y por eso sufro
y me contradigo,
pero en el fondo no.
El momento perfecto
para terminar,
eyacularte,
otro fatigoso:
“hasta luego”
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