Una parte de mi se fundió a la tenue vera de tus puertas cerradas, como un silogismo de nostalgia, como una nube de espesura inaudita. Y el vacío cautivó la mitad de mis ojos. Y mis ojos sobrevivientes precipitaron tu recuerdo. Postreros aullidos daban cuenta de unas bestias abandonadas a su suerte.
Texto agregado el 18-02-2005, y leído por 111 visitantes. (2 votos)