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Junitha, Murugupillai y el bebé 81
(Una decisión salomónica del siglo XXI.)
Al leer el nombre de Junitha y el de Murugupillai no pude más que interesarme en esta extraordinaria historia del siglo XXI y pensar en una similar de hace más de 23 siglos.
Definitivamente la historia nos es más que un círculo que se repite y se repite, cambiando únicamente los personajes y las circunstancias.
Murugupillai disfrutaba aquel 26 de diciembre, recostado en el camastro, de su reciente paternidad. Padre nuevo, feliz, jugueteaba con Abhilasha de escasos cuatro meses, quien, como niño al fin, había mojado su pañal. Junitha, madre del niño, se disponía a secarlo y ponerle un poco de aceite de coco para evitar la irritación que normalmente provocaba el calor y la humedad del ambiente allá en la remota Kulmuni, Sri Lanka.
Un sonido muy distinto al provocado por el ir y venir de las olas, llamaron la atención de Murugupillai, conocedor del mar y sus ruidos. Un ruido que fue subiendo en intensidad y fuerza. Algún que otro grito esporádico, en la distancia, y el retumbar del piso de arena le hicieron tomar apresuradamente a su retoño en brazo, aún desnudo, y gritarle a Junitha que le siguiera. El tsunami había hecho su desastroso debut en buena parte de ese mundo...
Pocas horas después, Junitha y Murugupillai, cubiertos de barro, arena y desesperación, urgaban en los escombros en busca del pequeño Abhilasha. Triste búsqueda. Niños y adultos muertos, difíciles de identificar, cubrías playas, campos y caminos.
Una semana más tarde los socorristas descubren, entre los escombros, a un niño. Al llevarlo al hospital le identifican, simplemente, como el número 81: “Bebé 81”. ¡Eran tantos y sin nombre!.
Junitha y Murugupillai Jayarajah, al enterase, acudena al hospital y se encuentran que son la pareja número nueve en reclamar al Bebé 81.
Entre lágrimas y lamentos, el corazón les dice que aquel niños lleno de moretones y de hambre es el suyo.
-¡Si no nos dan al niño nos suicidamos!- Proclaman a voz en cuello delante del juez quien había acudido al hospital en persona.
El juez, ante tal situación, no puede, como hizo su antecesor Salomón, tomar una espada y amenazar partir al niño en nueve pedazos. Se sienta y medita...
-¡ADN a todo el mundo!- Y da un malletazo en plena cuna de Abhilasha. La justicia toma su armamento moderno y evita picar al niño en pedacitos.
Resumen noticioso mundial el día 15 de febrero de 2005.
“Entre achuchones y besos, Junitha y Murugupillai Jayarajah pudieron llevarse a su bebé, Abhilasha, a casa tras casi dos meses de angustia y después de haber probado gracias al ADN que eran los padres del llamado bebé 81. El niño fue encontrado entre escombros, tras el tsunami, en Sri Lanka. Se le llamó bebé 81 al ingresar en el hospital.” Prensa mundial 15 de febrero 2005. Un gran regalo de amor, no cabe duda.
Me imagino a Salomón sonriendo, mientras le toca las piernas a la Reina de Saba. “...cosas veredes Reina mía”, susurraba entre labios, allá, donde los tsunamis son solamente olas de nubes blancas.
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Texto agregado el 18-02-2005, y leído por 379
visitantes. (13 votos)
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Lectores Opinan |
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08-03-2005 |
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Excelente Rodrigo. Como siempre, en una prosa tersa, que fluye y atrapa. Dainini |
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08-03-2005 |
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mas que un gusto, un placer leerte nuevamente queridisimos amigo, y es cierto la historia suele repertirse, hermoso y realista relato. un abrazo de osa lisinka |
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02-03-2005 |
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Un gusto leerte.
Una noticia reciente, tú le das vida a través de tus maravillosas letras. marimar |
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22-02-2005 |
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Un ejemplo de cómo una fría noticia puede llegar a convertirse en un hermosísimo cuento. margarita-zamudio |
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20-02-2005 |
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Maravilloso encuentro el de los papás del niño, el resto de papás quedarían sumidos en el fondo de su tristeza. Un emotivo cuento que pone de manifiesto por qué la ciencia nos es tan necesaria, para evitar desmanes. Gracias por exponerlo con tu visión. Un abrazo y mis ***** graju |
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20-02-2005 |
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Un relato a tu estilo colega (con ciencia y corazón)..., que bueno sería que la cultura terminara con Salomones, definitivamente.
Un gran abrazo desde el Sur del continente. CalideJacobacci |
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20-02-2005 |
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La extrapolación histórica, todo un acierto. Las fuerzas de la naturaleza en reto abierto frente al poder del mundo de la tecnología, y en medio la libertad del individuo/a que también lucha por su autonomía. azulada |
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20-02-2005 |
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La felicidad de ellos me hace pensar en la desgracia de los otros padres que reclamaban a su hijo y que seguramente nunca encontraran, una historia conmovedora. barrasus |
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19-02-2005 |
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Gracias por acercarnos esta historia feliz, dentro del dramatismo vivido por esa sociedad. Un abrazote, mago. NEUS_de_juan |
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19-02-2005 |
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Antes que nada, mi felicidad de verte de nuevo en la comunidad de cuenteros. Tu narración de un hecho muy trágico y reciente en paralelo con el sabio Salomón, me pareció además de interesante en su paralelismo como en su descripción de los hechos visto desde el punto de vista actual. Maravillas de la ciencia que solo tú podías rescatar en una narración de excelencia. Mis felicitaciones y mis cinco estrellas. Ignacia |
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18-02-2005 |
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Una historia real, reciente, y que como tu bien dices se repite y se repite. Una narración a tu estilo: ¡impecable! Tras una trama social, humana y el esplendor de tus letras. Un abrazo y mis estrellas. Shou |
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18-02-2005 |
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está escrito con maestría, la historia es real, la he visto y he leído, has utilizado un lenguaje que logra olvidar la tragedia al menos por segundos
me dio gusto volver a leerte
mis cariños india |
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18-02-2005 |
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Narrado con un estilo ameno, mezclas al escribir ciencia y magia. Todo ello sin oscurecer el incurable dolor, el inmenso espanto y la tragedia que significa la pérdida de un hijo. Y nos describes ese consuelo que queda: poder abrazar el cuerpo. Me dejas en llaga, pero te felicito por la sensibilidad de saberlo expresar. Un abrazo. maravillas |
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18-02-2005 |
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Narrado con un estilo ameno, mezclas al escribir ciencia y magia. Todo ello sin oscurecer el incurable dolor, el inmenso espanto y la tragedia que significa la pérdida de un hijo. Y nos describes ese consuelo que queda: poder abrazar el cuerpo. Me dejas en llaga, pero te felicito por la sensibilidad de saberlo expresar. Un abrazo. maravillas |
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18-02-2005 |
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Bendita prueba de ADN, me gusta como ves la cosas, ¿será por eso que tanto te quiero?... estrellas!!!! anemona |
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18-02-2005 |
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Excelente relato. Ayer vi un corto con historias reales sucedidas a raíz del tsunami. Los cuentos no son nada comparadas con ellas. Felicitaciones y van mis 5* jorval |
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