No aprendí de tu materia, me quemé con historias que se adormecen en el tiempo...
Me mostraste que las mentiras son ciertas, si se quieren destapar verdaderos sentimientos en el otro...
Si se quiere conseguir en sus ojos una chispa inevitable, un fragor dulce, un alivio hiperquinético al roce de tus labios, al tacto de tus besos en mi cuerpo
Me pediste un golpe que no te daría ni con todo el despecho que me hiciste sentir porque te mataría, y jamás me saciaría de tí... prefiero haberte tenido lejos y ahora en mi cama rodar sobre tus contornos memorizados con piel
Me hiciste de nuevo, tonta y frágil, como nunca creí que me construirías, para quebrar ilusiones, para deshacerte de mí con un adiós frío, en un mito ceremonial y abstracto, donde mis armas quedan fuera y siempre ganabas tu propia batalla...
¿Te mereces verme como estoy ahora?, atrapada bajo tus instintos, embriagada con el humo de tu cigarro en mi boca, lamiendo cenizas, alborotándome sin motivos, refugiándome en canciones, brindando con los vasos vacíos de tantos sorbos junto al olvido...
No mires, no mires lo que quedó, déjame solo seguir viendo fotos de lo que pudo ser, del aborto de tanto futuro, y sigue cegándote con ella... con esa mujer nocturna que te atrapó en la niebla, y cubrió tus ojos de niño en la inmensidad de tus caprichos, por tocar un cuerpo entero, por la facilidad de sus labios, con sus manos acariciando tus gemidos, y vuelve solo a mirar que el placer te deja vacío por dentro...
Yo veo ahora como te sostienes del lado mas pesado del péndulo, con tanta escoria que me produce asco, clavadas y sienes apretadas...
Me hiciste a tu modo, en tus moldes perfectos, pero nada sirve ahora, ni para nadie mas calzo, si veo en tí un mundo, un cosquilleo en tus abrazos, y la muerte que se seca para no dar lástima, a las risas que nacen al verme acabada...
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