Estas sentada a mi lado, llegaste y casi sin sentirlo sudé, te tenía cerca, así me pasa siempre, si empiezo a sudar y no te tengo enfrente, doy la vuelta y ahí estas tú, pero no me miras, no te preocupas por lo que sienta y no me animo a decirte que me encantan tus zapatos, que adoro tu perfume, que me tiemblan y sudan las manos, desde el día en que casualmente encontré tirada tu foto y me dediqué a encontrarte buscándote de por medio, y lo logre, pero no tuve el valor de darte tu fotografía, seguro pensarías que porqué la tenía, mejor no dije nada, y siempre vengo a la misma hora, cuando sé que estas por llegar, paar que no te resulte sospechoso.
Al principio pensé que lo sabías, aluciné barato y temblé completo, esa noche no pegué el ojo, pensando si te gustaría, si me habrías mirado, si te enterarías que desde hace un buen tiempo derrapo por tí, pero no hice nada, sólo me mantuve retraído y me dediqué a mirarte, a cuidarte y esperar a que me sonrieras, y entonces sí a la carga, a decirte que ya siento que te amo, que te dediqué una estrella que no me pertenece pero nadie echará de menos, y en mis sueños te la dí, mientras despertaba. Te tengo a mi lado y ya debo irme, ni me has mirado, no me has saludado todavía, pero tal vez mañana, igual y si llego después de tí te pregunto algo y te hago la plática, si no mi modos, que no se diga que no lo intenté, es que aún no me atrevo, pero seguro mañana, me armaré de valor mañana. Ahora a tranquilizarme que tengo que pensar si te entrego o no tu foto, eso ya lo veremos, suerte para mí. |