Desnudándome de tus labios tu piel sueña frente a mí el éxodo a otro corazón. Inicio el funesto viaje y advierto muy tarde que es la barca del apócrifo asesino de espejismos. Navegando en la marea de tu soberbia tu aliento atrayéndome vertiginoso como al único punto de tierra existente. Mis vísceras trémulas te observan cada vez más cerca aunque gota a gota te vayas alejando de mis ojos. Perteneces a un sentimiento de piel blanca que se escurre en ti penetrando tus secretos húmedos y tibios. Tormenta de gemidos se disuelve mi barca, agonizando en las cenizas de tus sueños.
Texto agregado el 25-07-2003, y leído por 231 visitantes. (1 voto)