Un periódico y un cenicero vacío; un hombre y un boleto en su mano; un cuadro, una foto y una escalera; un llanto, un chocolate, y mi pena. Una botella, un vidrio y dos escudos; una taza, una cuchara y un platito; un sombrero, un teléfono y una toalla; una historia, y mi amor asesino. Un escenario y un alto sonido; voz femenina y un auto que cruza; un pelo y un pedazo de uña; un periódico leído y un cigarrillo encendido. Un dulce y un par de anteojos; un perro y un par de piojos; una nariz, una tumba y mi vida; un hombre que toma el tranvía. Un cine, un bar y una verde chaqueta; una jarra y un ojo violeta; una falda y sus largas piernas; un cuadro que cae y una foto que se estrella. Una lágrima rodando en mi cuello; una familia a bordo de ella; olor a alcohol, a noche y a tabaco; un café, una prostituta y un gato. Un cabaret y una canción ya gritando; una calle y tus rastros volando; una propina, un golpe y un olvido; un cementerio y un ladrido. Un viaje, una película y el frío; una gota y un escote que esconde las huellas; un hijo y más botellas; un habano y mil estrellas. Un tango, una cogida y un salto; el hambre, un militar y un baño; un basural, un altillo y una bailarina; y una sensualidad que ya no es la mía. Una vena, un taxi y un gemido; un te, con azúcar, y, un tilo. |