Inicio / Cuenteros Locales / SantosVega / El bulto
Es el cuarto expediente. Tiene un papelito rojo prendido con un clip. Me duele el talón del pie derecho. Me saco el zapato deslizándolo contra el otro. Bajo la mano para tocar el talón. No duele. Sigo revisando el expediente sin ponerme los zapatos. Ahora me duele el dedo gordo del pie derecho. Bajo la mano y me toco el dedo. El dolor vuelve al talón. El dolor se me escapa de las manos. Ya va a pasar. Continúo con el cuarto expediente. No duele. Miro la espalda de Martha. Tiene una blusa verde con flores amarillas. No tiene buen gusto para vestirse. Miro mi escritorio. Las cosas están en su lugar. Sigo con el cuarto expediente. No duele. Juan recibe un expediente y lo revisa. Le pone el papelito rojo prendido a un clip. Me lo va a traer. Miro el cuarto expediente que tengo en el escritorio. Juan se me acerca con el expediente del papelito rojo. Lo recibo y lo apoyo sobre mi escritorio. Termino con el cuarto expediente y le pongo un papelito azul prendido con un clip. Me levanto y se lo paso a Rubén. Martha no tiene buen gusto, pero lleva el pelo muy prolijo. Me siento y abro el quinto expediente con papelito rojo. Miro el reloj. Son las seis de la tarde. Cierro el quinto expediente y acomodo el escritorio. Me voy. No duele.
Llego a casa y preparo algo para comer. Como. Voy a la cama. Me siento. Duele el talón del pie derecho. Me saco los zapatos y las medias. Aprieto. El dolor desaparece. Saco la mano. Vuelve el dolor. Me acuesto. No puedo dormir. Miro el reloj. Son las cuatro. Me levanto a las siete. Voy a la oficina.
Reviso el quinto expediente. Me duele. Me saco los zapatos. Rubén me ve. Me pregunta si me pasa algo. Le digo que no. Podés ir a la Clínica del Ministerio. Es posible que te den unos días. Termino el quinto expediente. Le pongo el papelito azul y se lo paso a Rubén. Juan me trae el sexto con el papelito rojo prendido con un clip. Martha tiene una camisa plateada con rayas azules. Reviso el sexto expediente. Miro el reloj. Son las doce. Vamos a almorzar. Antes de volver al sexto expediente voy al médico. Me ordena análisis, un calmante y que vuelva a verlo en una semana.
Vuelvo a mi escritorio y abro el sexto expediente. Me duele el talón. Me saco los zapatos y toco. Tengo un bulto. Cuando lo toco se corre al dedo gordo. Toco el dedo y el bulto se corre al talón. Termino con el sexto expediente. Le pongo el papelito azul y se lo paso a Rubén. Juan me trae el séptimo con el papelito rojo prendido con el clip. Lo apoyo en el escritorio. Martha hoy no tiene el pelo tan prolijo. El bulto está en el talón. Miro el reloj. Las seis. Me pongo el zapato izquierdo y acomodo el pie sobre el derecho. Cierro el séptimo expediente y acomodo el escritorio. Me voy.
Llego a casa. Me saco los zapatos y me pongo sandalias de plástico. Preparo algo para comer. Como. En el talón está el bulto. Voy a la cama. Me siento. El bulto sigue en el talón derecho. Lo toco y pasa al dedo gordo. Toco el dedo y el bulto pasa al talón. Me acuesto. No puedo dormir. Miro el reloj. Son las cuatro. A las siete me levanto. El bulto está en el talón.
Voy a la oficina con las sandalias de plástico. En la puerta de casa la vecina me pregunta si me pasa algo. Le digo que un golpe. Lo mismo les digo en la oficina a Martha, a Juan y a Rubén. Reviso el séptimo expediente con papelito rojo. El pié no es necesario para revisar expedientes. El bulto sigue en el talón. Martha tiene una camisa bordó con flores marrones. Termino el expediente, le pongo un papelito azul y se lo paso a Rubén. Me dice porque no tomé licencia. Miro el reloj. Son las doce. Vamos a almorzar. Camino cojeando. Martha, Rubén y Juan me acompañan a comer. Martha me lleva del brazo. Vuelvo a mi escritorio. El bulto sigue en el talón. Juan termina el octavo expediente y le pone el papelito rojo. Se lo pasa a Rubén y me sonríe. Martha me trae un té y una revista. No está mal, el color bordó de su camisa le combina con el color del pelo. Leo la revista. Miro el reloj. Son las seis. Me paro para irme y Martha, Juan y Rubén se me acercar para darme un beso. Me voy.
Paso por una Veterinaria y compro un pájaro cantor. Cuando voy a entrar a casa, la vecina me invita a cenar con su familia. Le agradezco pero le dijo que no puedo. Voy a casa y preparo la cena. Como. Voy a la cama. Me siento y me toco el pie. El bulto no está. No duele. Duermo. Me despierto a la siete de la mañana y me pongo las sandalias de plástico aunque el bulto no está y tampoco el dolor.
Llego a la oficina. Juan termina el noveno expediente y le pone el papelito rojo. Se lo pasa a Rubén y me sonríe. Martha tiene una camisa blanca y el pelo muy prolijo. Me trae una revista. La leo. Me saco la sandalia y el bulto no está, tampoco duele. Miro el reloj. Son las doce. Vamos a comer los cuatro. Vuelvo a mi escritorio. Sigo leyendo la revista hasta las seis. Me levanto e invito a Martha a tomar un café en el bar de la esquina. Acepta. En el camino me pregunta si me duele el talón. Le digo que si.
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Texto agregado el 17-02-2005, y leído por 771
visitantes. (2 votos)
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Lectores Opinan |
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18-02-2005 |
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¡Excelente!. Un cuentazo, mi amigo. Gracias por compartirlo y por las sonrisas que me ha sacado. Todas mis estrellas son suyas. vaerjuma |
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17-02-2005 |
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Me sacaste más de una sonrisa... tus cuentos son supremamente devorables. Polux |
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17-02-2005 |
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Muy bueno y complicado. Me hiciste tocar el talón izquierdo como a la mitad del cuento. Felicitaciones y van mis 5* jorval |
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