El horizonte se traga al sol de un bocado y el frío va acariciando la playa... a mi rededor el dorado rojizo se fue tornando cada vez mas oscuro hasta esta negrura que me esconde de mí mismo... la luna olvidó nacer y me dejó plantado con un puñado de poemas en la saliva... me abrazo a mis rodillas y disfruto del viento frío que rompe contra mi cara, que corta la comisura de los párpados. Resecos y tranquilos, los ojos cerrados bostezan lágrimas que intentan tocar mi lengua...
La única paz que conozco es la que me brindan mi nostalgia y la oscuridad, el frío, y ese viento que me invita a cerrar los ojos y saciar mis pulmones con su celeste presencia...