Inicio / Cuenteros Locales / daggaz / Cajas de cartón. (parte 1)
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Cuando desperté no estaba seguro de donde provenía aquel hedor, sin embargo era tan fuerte que no me dejaba volver a dormir, así que me decidí a levantarme para buscar que era lo que olía tan mal. El aroma me era familiar, sin embargo no recordaba donde había olido algo tan penetrante y desagradable. Parecía venir de la cocina, así que baje las escaleras todavía con los ojos cerrados y una sensación de cansancio hasta llegar a la puerta, que se encontraba totalmente abierta y dejaba a la vista una mesa café y larga, llena de platos sucios y algunos restos de comida; abrí lo más que pude los ojos para buscar algo que pudiera producir ese olor pero no veía nada. Entonces recordé que la noche anterior había tirado ala basura un trozo de carne comenzaba a ponerse mal, y me dirigí hacia los tambos de basura, encendí la luz, la (obscurita era total en la parte trasera de la cocina) y quede cegado durante algunos segundos. Al recuperar la vista me aproxime a uno de los dos tambos grises y verifique que estuviera totalmente cerrado; quite los seguros y levante la tapa, un fuerte olor se mezclo con el que había antes y sentí nauseas. Volví a tapar el bote y coloque los seguros. El olor no podía provenir de los botes… ¿entonces de donde?, comencé a buscar algo más que pudiera oler así, pero no encontré nada. Era un olor no muy distinto al de la carne pasada, solo que era mas penetrante y seco. Apague la luz u Salí de nuevo a la cocina. Me acerque al lavaplatos y comencé a vomitar sin pensarlo mucho. Abrí la llave de agua y limpie todo con un trapo húmedo, me acerque al refrigerador y saque una botella, la abrí y comencé a beber, pero no pude tragar. Al regresar a la cama me tape la nariz con las cobijas y eso alejo un poco en olor, pero aun así seguía siendo demasiado fuerte. Por fin me levante de nuevo y entre al baño por uno de los varios frascos de lociones que tenía y jamás había usado. Lo destape al llegar junto a la cama y la vacíe alrededor de esta y arrojé el frasco vacío junto a las almohadas. El olor no se había ido aun pero ahora la peste del perfume que tenia bastante alcohol me había mareado y adormilado un poco. A la mañana siguiente sentía que la cabeza me estallaría, los dos olores combinados hacían parecer que el aire tenía la consistencia de algo así como gelatina de ácido. Me levante y entre al baño. Abrí el agua de la regadera con la esperanza de que un baño me refrescaría o que algo iba solucionar; Entré al agua helada y encendí toda el agua caliente, el vapor pronto invadió el cuarto de baño. Exprimí toda la botella de shampoo y me lave bien el cabello, por unos segundos el suave aroma de frutas sintéticas predomino en mis sentidos, pero a los pocos segundos desapareció tras la capa de hedor. Me vestí con lo primero que encontré y me empape con desodorante en aerosol. Baje de tres saltos las escaleras y me disponía a salir por la puerta delantera pero me topé con una caja mas o menos grande y que parecía húmeda en la parte de abajo, cuando me acerqué me di cuenta que de esta provenía el olor que no me había dejado dormir. En ese momento pensé que tal vez se trataría de una broma de Alexandra o alguno de los experimentos de Mariana, pero recordé que tenía dos días de no estar en casa y no podría haber llegado por la noche sin que yo lo notara. Me acerqué a la caja con cuidado y me di cuenta que estaba carrada con cinta, la arranque y levante las alas. En principio no reconocí que era lo que había en la caja, pero retrocedí por el fuerte olor. En efecto el hedor salía de lo que quiera que fuera que había dentro de la caja. Me puse la camisa sobre la boca y la mano a manera de tapabocas pero no ayudaba en mucho. Me asome a la caja y quede paralizado al ver que el contenido eran un montón de miembros humanos amontonados y en proceso de putrefacción, estaban todos amontonados y revueltos. Sentí que la cabeza se me hundía y abrí la boca para gritar pero solo salio un pequeño gemido ahogado. Sin darme cuenta en un momento ya me encontraba del otro lado de la calle vomitando y mirando con terror la puesta abierta que dejaba ver la caja abierta pero no su interior. Me quede así por unos minutos que me parecieron horas, pero no me podía mover, algo en esa caja me había hipnotizado. Cuando desperté del trance no sabia que hacer. Comencé a respirar agitadamente, sentía que me iba a desmayar. Llevaba mas o menos media hora sentado en la orilla de la banqueta mientras pensaba que demonios iba ha hacer. Si llamaba a la policía lo mas probable es que me consideraran sospechoso, y no quería terminar como Jean-Michael, quien paso diez años en una prisión sin ser culpable de haber robado su propia casa. Lo único que había en mi cabeza era ir a buscar a Mariana a su departamento y pedirle ayuda. Me acerque a la puerta y pensé un momento antes de acercarme. Me asome al interior de la caja y pude distinguir un pedazo de cara, o de cabeza, sin el ojo, en vez de eso había un agujero rojo oscuro por que parecía haber brotado sangre. La escena era grotesca. Salí de la casa y cerré la puerta con llave. Subí a la motocicleta y me dirigí a casa de Mariana. Las manos me temblaban, no, todo el cuerpo me temblaba y no me podía concertar en el camino. Lo único que había en mi cabeza era esa “mirada” sin ojo. Entonces tuve tiempo de pensar en que demonios hacia esa caja con alguien descuartizado en la entrada de mi casa. Nadie tenía llave excepto Mariana, y me sonaba ridícula la idea de culparla a ella. –Tal vez algún asesino forzó la puerta y dejo a su victima ahí para librase de problemas- pensé. Pero luego me di cuenta que eso era algo difícil ya que la puerta no estaba forzada y si alguien se quería deshacer de un cadáver no lo dejaría dentro de la casa de alguien si no mas bien lo hubiera enterado o tirado a un río, o que se yo… la única explicación era que se trataba de algo personal o que alguna especie de loco lo había hecho. Cuando volví a la realidad me encontraba ya cerca del departamento de Mariana, y me pareció que hice mas de una hora desee ahí, cuando normalmente e hubiera tomado uno o dos minutos llegar. |
Texto agregado el 16-02-2005, y leído por 416 visitantes. (0 votos)
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