Tal como lo ofreció, nuestra amiga NINIVE nos hizo llegar a esta columna una magnífica colaboración.
Seguimos recibiendo cartas, si te animas, nos daría gusto también recibir la tuya. Sólo tendrías que dejarla en mi Libro de Visitas (Borarje) en "privado".
Leamos pues a NINIVE:
Querido amigo:
Tu propuesta me llevó a releer el Quijote y a escuchar una lectura que si no la tienes y te interesa, estoy dispuesta a enviártela: Italo Calvino escribe que "un clásico es un libro del que la mayoría de las veces se dice estoy releyendo y no estoy leyendo" Agrega también que un clásico es el libro que nunca termina de decir lo que tiene que decir.
Mis relecturas me llevaron últimamente a Séneca , a "Las cartas morales a Lucilio". Allí encontré algo que me hizo pensar en el ingenioso hidalgo. Séneca dice que la soledad tiene muchos precios ,pero aconseja evitar los peligros que comporta. Debemos actuar como si una "mirada vigilante" nos acompañara.
Después de su primera salida en busca de aventuras, el Quijote, molido a palos, es llevado de regreso a su casa. Una vez restablecido decide volver a las andanzas pero esta vez, armado por la experiencia anterior, busca una compañía, una "mirada vigilante" como dijo Séneca.
Esta mirada la encuentra en Sancho y la unión de dos personajes tan dispares genera comicidad en el lector y roces entre los protagonistas.
Quería en ésta referirme a la importancia de la "compañía" en un personaje literario.
Esta necesidad de crear una sombra del personaje principal la sintieron muchos autores. El personaje no puede hablar siempre consigo mismo, necesita un interlocutor, alguien que lo escuche, que se le oponga o lo guíe.
Esto sucede claramente en el descenso al Infierno de Dante en La divina comedia. Virgilio lo acompaña y le va explicando todo lo que encuentra.
Hamlet podría haber existido sin Horacio pero no sabríamos de sus intenciones y la obra hubiera abundado en monólogos y soliloquios.
Sancho, en el caso del Quijote suple la función del autor omniscente. De no existir, Cervantes hubiera tenido que cubrir su función, deslizándose en la intimidad de los pensamientos del hidalgo y exponiéndolos a los lectores, como debe hacer un narrador omniscente. Con las explosiones del Quijote y con la paciencia de Sancho se llegan a encariñar el uno con el otro y nace una amistad.
Borges dijo en una conversación con Roberto Alifano que la inmortalidad del Quijote no está en sus aventuras, sino en el personaje mismo. Las imágenes del caballero de la triste figura y la de su escudero no se borrarán porque esos personajes" ya son parte de la memoria de los hombres"
Con todo cariño Yvette (NINIVE)
* Italo Calvino "Por qué leer los clásicos"
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