Hoy sentí mucha gana, de escribir sobre dos tesoros que vivirán para siempre en mi corazón!
Falo sobre mi hija Adriana y su prometido Guilherme,que tengo también como mi hijo.
Pues el tiempo que tuve el placer de su compañía, fue para mí la mejor experiencia ya vivida!
Día seis de diciembre de este año, se completa un año de separación y añoranza, de estos ángeles bendecidos!
El tiempo pasó y las emociones aún son fuertes dentro de mi corazón!
Ojo a mi alrededor y siento que falta aquella luz brillante y la energía constante, de esos dos seres que llenaron mi vida de muchas alegrías.
Añoro de las carcajadas traviesas, de las bromas *sadias y *irreverentes, que sólo vosotros Adriana y Guilherme, supieron sembrar entre todos que los conocieron.
La alegría de vosotros siempre contagió,cada ambiente en que circundaban. Y aquellos que tuvieron la honra de estar junto de vosotros en estos momentos, tengo certeza que jamás los olvidarán!
Estos días para mí y para la familia de mi hijo Guilherme, están siendo difíciles de vivirse. Pues acordamos de cada momento vivido al lado de hijos tan queridos como vosotros!
La realidad ha sido muy dura.
Sé que con certeza están en los brazos de Dios, más aun así, el corazón llora la grande falta que vosotros hacen en nuestras vidas!
Adriana y Guilherme, el grito de añoranza está preso en nuestra garganta. Y cada vez que se recuerda el cariño y amor, que pasaron la todos nosotros las lágrimas no se contiene y ruedan. Ahora en este exacto instante, quería pueda abrazarlos y decir el cuánto yo los amo y los amaré para el resto de mi vida!
Decir que no están en presencia física, más que continuarán siendo los hijos amados y queridos por nosotros!
Decir que sufro mucho con todo lo que aconteció y que después de todo eso, ya no soy más la misma.
Sé que necesito entender, tal vez incluso aceptar, más no fuimos creados con estas enseñanzas.
Nosotros aún no entendemos, porque tenemos que quedar sin nuestros hijos. Los creamos, educamos, damos nuestra vida se *fôr preciso y de pronto quedamos sin ellos.
Vivo hasta hoy me preguntando:- el porque de todo eso?
Y sé que jamás sabré la respuesta.
Un año sin vosotros es como se *fôsse una eternidad! Y he pedido a Dios, fuerzas para continuar viviendo.
Tanto pido para mí, cuanto pido fuerzas para toda la familia del Guilherme. Pues sé que nuestro dolor es igual!
Quedamos sin las cuerdas que movían nuestro corazón!
Y ahora sólo nos resta rezar y esperar el día en que nos reencontraremos.
Mientras eso mis hijos queridos, como ángeles que aún son, continúen mirando por nosotros, en los dando coraje y comprensión para soportar el dolor tamaña que estamos viviendo!
Reciban todo el "Amor" que existe dentro de mi ser y esta añoranza grande que existirá siempre en mi corazón!
De esta madre que añora de sus ángeles,
Izabel Silveira.