(resulta que esto no es un texto muy hilado como texto sino más bien como cosa que se dice o pensamiento directo o imágenes de un viaje que tuve con mis amigos el otro día, sabrás).
Total... tener la costumbre de poseer y olvidar, de fraccionar en miles de partes y luego dejar ir en medio de pensamientos de recuerdo es cosa de todo el tiempo, todas las veces.
(Licán es como una marea que sube y baja, meciendo y perdiendo, como mis lentes mar adentro o el pozorrismo explícito, o las caminatas ventosas y andadas en medio del lago a lluvia plena)
Tener y no tener, ¿dilema o chiste? - chiste.-
Yo sumé varios recuerdos a mi gama de recuerdos con esta ida de cuatro días y tres noches (que fueron más días y más noches). Los momentos se acunan y de ello vamos a hablar hasta el próximo año, como pasó el año pasado, y aunque sin camas rotas o platos olvidadizos ahora tenemos el agua, las andanzas eternas con los brazos destruidos, las ferias artesano-manzanares y las vienesas reventadas, además de tener algo que antes no estaba, y que es un número terminado en cinco, rey en el universo de los números perfectos (2005 me gusta más que 2004).
La foto es de las mujeres del grupo en el día que jugaron con la maquinita del pelo -que casi quemó a la Fabiola, por hiperkinesia- (sin contar a la Daniela Lagos que por esos momentos estaba en la pieza principal) y excluyendo a los cinco hombres. Y aunque éramos diez en número, de repente si uno se ponía a contar se encontraba con un once inexplicable (unos colgados de otros, llevados en los hombros y fotografiados en árboles a los que les pegaba el sol de frente).
Cuando se sacó esa foto -domingo en la noche- ya se habían ido Marcelo, Enmanuel y Guillermo, y como representantes masculinos estábamos Martín y yo, versus Marcela, Fabiola, Maria Paz, Daniela Shuster (todas de izquierda a derecha) y Daniela Lagos.
-y la número once, la llevada, hablada y recordada Natalia presente de las dualidades y los abrazos que cortan por la mitad-
Y como todo lo pasado fue largo y complejo me motivé a escribirlo bajo este nombrecito que se me ocurrió anoche en mi desvelo post-viaje "Instantáneas de un viaje : Lican Ray y terapia con dinosaurios"
Si algún día termino la reseña se las mando por correo. Si no, pues no.
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