Quisiera poder hablar,
si no supiese lo agridulce
que pudiera resultar.
Mis palabras sanarían,
matarían la distancia.
Mas el estrecho vínculo
con el silencio me ahoga,
me apaga y me mata.
Una sola palabra, sólo una.
Escuchado, comprendido.
En tu alma, en un rincón,
acogido para siempre…