La niña quedó tendida en el piso llorando lastimeramente
el hombre sale de su cuarto abrochándose sus pantalones.
La mujer se besaba apasionadamente con su pareja,
la puerta se abre de golpe y aparece un hombre en el dintel
con una pistola en su mano derecha, apunta y ¡fuego!
El hombre se escuda detrás de las sillas, los platos vuelan,
un cenicero, un retrato, un florero que choca contra la pared
y se hace mil pedazos, todos los proyectiles son esquivados
la mujer arremete con los ojos enrojecidos, el hombre huye.
El hombre golpea brutalmente a su mujer, ella calla
se acaricia su panza de ocho meses, sonríe a pesar de las lágrimas
-¡Cuando nazcas el cambiará, estoy segura de eso, estoy segura!
y una patadita muy tenue parece desmentir sus palabras.
Dos ancianos tomados de la mano miran pasar la vida,
ya desembarcaron de ella, ahora aguardan con respeto
que el último vehículo pase a buscarlos para el destino final
entretanto se aman dulcemente y con una ternura que estremece
La chica llora, lee una carta. -¡No puede ser! ¡No puede ser! –dice
y la arruga con rabia mientras su llanto se transforma en sollozo,
-Me juró amor eterno como ahora se lo jura seguramente a la otra.
Un niño recoge una rosa envuelta en hermoso papel celofán,
un minuto antes la ha arrojado la mujer por la ventana de su cocina
mientras el marido agraviado, contempla el televisor apagado.
El comerciante se soba las manos, ha vendido toda su mercadería,
ahora puede marcharse a su departamento en donde vive solitario
mientras tramita los papeleos del trámites de su divorcio.
¡Feliz día de San Valentín!
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