Yo di el primer mordisco y la sangre brotó como un río furioso por mi mentón

Aguanté la nausea, asumí mi papel y seguí empeñado en mascar

Por mi garganta tu vida me daba vida al tiempo que te la quitaba

Tu palidez me excitaba aunque me sentía un poco culpable, avergonzado de llegar al límite de poseerte de esa manera

Cuando llegamos al extremo el éxtasis se convierte en culpa

Como un robot dañado, mis circuitos colapsaron y mi corazón metálico tuvo un rasgo de humanidad mientras te miraba

Aquella tarde siniestra el amor se transformó, mutó en algo parecido a la venganza convertida en ternura

Pero así son estas cosas Ahora lloro y engullo frutillas muy rojas mientras te recuerdo

Mis tardes ya no son las mismas desde aquella tarde

Ya no como carne, sabías? Me repugna Ahora colecciono imágenes de santos y voy todos los domingos a misa...amén