Lo entran por la fuerza por la puerta de atrás. Lo atan a la tabla y lo quieren inyectar.
Implora piedad a oidos sordos que, festejando un triunfo, lo dirigen a Morfeo.
Durante el día, ve caras conocidas con ojos irritados.
Por las noches sólo ve un cielo blanco nebuloso.
Los días se alargan, se pregunta si ha cambiado de planeta.
La energía ya no es parte de él, pero sigue exhalando brisas arrítmicas.
Se siente tan acompañado pero tan solo que no puede esperar para ver el cartel de salida.
Al octavo atardecer lo ha encontrado. Increíble es para él que su tortura haya finalizado.
Aunque ahora no comprende por qué razón siente vacío.
Está correcto, sí... pero hay vacío.
Y todos hacen crecer el río de agua salada, lamentando... reviviendo memorias...
degustando lo agridulce.
07/04/04 foxie*
Texto agregado el 14-02-2005, y leído por 128
visitantes. (1 voto)
Lectores Opinan
14-02-2005
foxy lady!
tuve un amigo que lo ingresaron... ya no está más con nosotros. zeus
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