¡LÁRGUESE¡
La gente conoce la importancia del trabajo. Si. Desde el más pusilánime hasta el más labriego.
Yo lo entendí hace algunos años. Años que me enseñaron, que me quisieron endurar. Pero me he negado. He fallado. Son años que comieron mierda, que comieron barro. No sé. Sospecho que seguiré alimentándome. Sospecho cosas malas. Pero tengo esperanza. Y lo más importante, trabajaré por ello. Yo lo entendí hace algunos años. La gente está al acecho. Está siempre fija, mirando. La familia no lo es. Por lo menos no para mí. Sólo algunos, tres, talvez cuatro. Por que me he medido por siglos, por tiempos, eones, con ellos, con su sabor, su amargura, su delicadeza, su humor, su vida.
Me siento triste.
A veces estoy cansado. Pero no es cansancio físico. No¡ me cansé de las humillaciones, de rodar y rodar. La palabra “láguese” ha retumbado en mis sentidos, en mi ser. Una y otra vez. Pero no me acostumbro.
Existe el problema, la oportunidad.
La palabra “lárguese” he hecho de mi vida el recodo de rencores, de dolor. El baúl negro, oscuro, sofocante. Pero al fin, baúl. Abrirlo, e ahí el problema, la exageración. Me exaspera. Seré así de malo, de inconsciente, de inconsistente. Insoportable? Callaré. Basta de palabras. Sólo letras. El estómago se retuerce, recruje. Pero no es de hambre, es de miedo, rencor, rabia, soledad.
Ninguna palabra me ha dolido tanto en la vida. Esa palabra me ha significado humillación, tristeza, pesadumbre, llanto, lágrimas, frustración. Cómo tener algo. No sirve, soy incapaz de decir lo mismo. Sé lo que se siente. No quiero hacer ése daño. Al fin, lo material no importa. De dormir, se duerme donde se pueda. En las aceras, en los puentes. Se puede jugar a ser indigente. Mudar el alma, ponerla a caminar, a vagar. Eso debe doler más. Mi voz. No la levanto, es así. Grosero? No sé. No lo acepto. Tal vez lo soy, un fiasco. Vivir? Para qué. Mentiras. Luchar, hay que seguir luchando. Torcer el hombro, el brazo, nunca. Doblar la cabeza jamás. Eso me enseñó la vida. Mi padre, mi hermana. Gladiador en el cemento. Los coliseos van por dentro, como las procesiones. Cuando esté sólo les daré libertad. Sólo físicamente. No quiero que me vean. No quiero lástima. Sólo vivir, más. A la gente mala no le puede ir bien. Yo no soy bueno, pero tampoco malo. Soy humano. En eso me escudo. Puede ser perdonable. El nudo, en mi cien, en mi garganta.
¡láguese¡ así quiero decirle a lo que siento. Vivir tranquilo, bien.
Estoy por llorar.
Pero no lo hago, no en público. Me da miedo. No quiero que me vean débil. A veces me parezco insignificante.
Un vapor helado calienta mi pecho. Quiere salir al tiempo que mi garganta se cierra, se atora. Al tiempo que mis ojos humedecen. Mis encías se aprietan. Los dientes crujen. Tengo rabia, pero por sobre todo, tengo tristeza. Ínfima, perenne.
Todavía no he podido entender por qué hay cosas en la vida que me lastiman tanto. ¿Será que los hombres no somos así? Tan hombres? Como piensan?
Perdón, papel.
Eres tú quien soporta la carga de mi, de mi ser, de mi alma. Eres tú quien compila la desgracia de mis sentimientos. Te dejas rayar. No comprendes. Cada punto, cada línea posee vida. Soy yo, que no aguanto más. La vida debe ser otra. No se puede seguir así. En las mismas.
Mis rodillas se pelaron. Tocaron tanto el suelo que se pelaron. Ya no hay rodillas. No habrá futuras. Una coraza ha querido cubrirme. Pero no es suficiente. Todavía me hiero, todavía siento.
La importancia del trabajo.
Agachar la cabeza, a veces.
La humillación.
Perdón vida.
Perdón existencia.
Perdón cuerpo mío.
No deberías soportar mis oprobios.
Perdón familia, herida.
Yo soy culpable.
Yo... ¡me duele¡
Quiero correr, volar, abrir mis brazos, mis alas, mi cabeza. Echar a rodar mis ojos, perderlos. No quiero mirar más. Por lo menos no las caras de los idiotas. Incongruencias.
Hoy,,, ¡lárguese¡ ¡no vuelva más¡ ¡por acá, ni por allá¡
Hoy, me ha dolido mucho.
Tengo derecho a defender, mis derechos, a mí.
Mi voz no callará.
Mi vida no cesará.
Olvidar, imposible.
Indiferencia, tal vez.
Sufrir, toca. Es parte de la vida. Es lo extraordinario. Te hace vivir, sentir, existe. Vamos, levántate. Podemos, amigo, no caigamos. Valor, por favor, valor. Que hablen, que digan, total, tu vida es otra. Sólo escribe, lo que puedas, lo que quieras, hazlo.
Quisiera tirar mi boca. Por el horizonte. Para que nunca más hiera. Para que no se defienda. Para que no insulte.
Cultura.
Mi velo. Mi arma de doble filo.
Se me niega la posibilidad de ser yo. De ser humano, de vivir. Se me niega la oportunidad de sentir.
Frío.
Estoy mojado.
Cultura. Me das y me quitas. Protesta. Moral, valores, mierda¡ hipocresía.
Es importante trabajar.
Pero ,,, ¿humillarse? ¿Por un pedazo de pan? Tengo demasiado orgullo. Será por eso que me hiero tanto. He cortado mis costillas.
Quisiera tirar mis cejas. No quiero que se arruguen más. Se arrugan con mi delirio, con mis malos pensamientos, con mi mal humor. Algunos dicen: ¡malgenio¡ si. Mal, genio. Mal.
Dinero.
Compra vidas, corazones, honestidad. Dignidad. Que no me compre, que no me invada. Necesito vivir, en mí, no en el mundo.
Defender la dignidad.
Tú vales, yo también.
Un maldito flaco me ha dicho “lárguese”.
¿Y mi trabajo? Fueron días de esclavo. Noches de mugre, sin sueño, sin oportunidad.
Que no me pague.
Quiero mi dignidad.
No más.
Basta.
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