Entró en la frutería y observó las sandías, la frutera le preguntó y él le señaló una ni demasiado grande ni demasiado pequeña, pagó y salió hacia su casa presuroso. Entró y la dejó en la encimera de la cocina, tomó el delantal de su esposa y colocó la sandía sobre una tabla, buscó el cuchillo, lo afiló y comenzó a realizar un agujero de diez centímetros de diámetro y una profundidad suficiente para no atravesarla. Se acercó al horno y lo puso a máxima potencia poniendo la bandeja a media altura, a continuación asió la sandía y la metió en el horno, tomó una silla y se sentó en frente, sin decir nada, solo mirando la sandía. Pasaron veinte minutos, abrió un poco la puerta del horno y lo apagó, se desabrochó el cinturón y dejo caer hasta sus tobillos el pantalón y los calzoncillos, agarró la tibia sandia y la apoyó contra la pared, empezó a penetrarla, primero despacio, luego más deprisa, hasta hacerlo con verdadera furia... Cuarenta minutos penetrando la sandía le parecieron suficientes. Sonó el teléfono, era su representante:
- Paco, he conseguido el contrato para hacer las tres películas, tú de protagonista y con las mejores actrices del momento, joder me tienes que contar tu secreto, cómo carajo duras tanto sin correrte...
- Entrenamiento, amigo, entrenamiento.... |