Lo matutino de colocar el pie derecho sobre el frío piso del cuarto.
La flojera que me recorre el cuerpo de un extremo a otro.
Los estirones de los músculos de los brazos que afloran cuando me muevo hacia el baño esta mañana. Un escalofrío de repente que cruza por toda mi columna, el frío de la baldosa entre mis dedos del cuarto de baño.
Remojarme una y otra vez en el lavamanos con agua helada en mi rostro con lagañas. Me asomo entre mi enmarañado de mi cabello alborotado y el espejo. Tanteo el paño en el tendedero para secarme la cara. Estaba vez me veo en el espejo las mismas ojeras de siempre. Mientras pongo un poco de crema dental en el cepillo.
Imaginó por un instante que aún estoy en la cama durmiendo mientras cierro levemente los ojos por un impulso matinal nato en mí hasta que tome el primer café.
Las plantas de los pies entumecidos por el frío del piso, y también sucias y mugrientas. Estos pies que tengo se detiene un momentos entretanto me desplegó a quitarme la ropa monótonamente, dejó correr la fría agua de la ducha sobre mi espalda renuente a aceptarla. Restregó el jabón contra mi cuerpo de la misma forma como lo he hecho desde que conozco, y hago lo mismo con el champú y mi cabello.
Salgo medio desnudo del baño, con tan solo el paño en la cintura, y directo al closet donde está la ropa del mismo color que uso siempre, es esa la tonalidad que va conmigo, y es que ninguna otra más me gusta, o por lo menos en está temporada. Escojo la camisa con aquel diseño de Blind, el blue Jean largo del fondo del closet y los zapatos junto con las medias enrolladas dentro del día anterior.
En menos de tres minutos ya cargo todo encima como si fuese arte de magia, pero no es por magia con que lo hago, sino es la monotonía veloz y rítmica a la que me someto cada mañana antes de ir a clases.
Anoche tuve un sueño en el que todo lo que quería se podía hacerse realidad. Solamente había una cosa que me llamo mucho la atención y es que una de mis manos hacia cosas distintas.
En el sueño la de la derecha tenía imaginación ilimitada para desear muchas, e increíbles, cosas. La diestra en cambio era al parecer mi ser malo, mi ser que no controlaba realmente, pues hacia realidad lo que la derecha deseaba, mas cada acto de creación siempre lleva algo de imperfección. Esta imperfección traía desastres consigo para las demás personas quienes me rodeaban.
Al fin y al cabo eso fue tan sólo un sueño. Hoy es hoy. Hoy un día como cualquier otro.
Un día donde ahora tengo que afrontar la realidad, pero hoy me digo ¿cuál?
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