Coincido esta noche con la trágica melodía de la lluvia,
Ausente por insurrecta, lacerada por tu costado izquierdo,
en que me impondré a pesar de no ser ya en las mas nobles pisadas
y en los techos de vapor calcinados por el frío
tal vez así se proclame absurda la coherencia grisácea de tu piel
o se enarbolen los tejidos de esas tardes inconclusas que a punta de
Patadas te he querido devolver.

Aclaras y oscureces como piedra al mediodía
Como lunas taciturnas apuñalando mi apellido
Y si, he lamentado muchas veces no ser mas que cuatro kilos y
Una azucena, he persistido en mi labor como habitante terrestre
En estado probatorio y he asumido la culpa por que a veces no existí
Pero nada, ni siquiera esa letra ultima en tu nombre lograra mencionarme
Sin pensar que tal vez ya me perdiste
Y que las piedras también se van...