Antes de entregarme al noctámbulo placer
Permítaseme soñar la dura realidad,
Como dulces uvas ahogando negros licores
Y así abandonar al fuego las notorias palabras entonadas
Por la noche

Las mismas que estampan sus húmedas gotas
En esta hoja de papel
Entonando susurros y oladas de calor
Las mismas que cual sueños distantes
Evocan las sombras y la venerable melancolía

Se proclama reina,
Dudosa amante de una alcoba y una vida

Luminosas sepulturas
Y cuellos carcomidos yacen complacidos
Ante su altivez.

Esclava de largos cabellos,
Predilecta poetisa de indelebles hechiceros

¿Que será de mi muerte
Cuando en largas horas solo seas tu?

Derroches y pecados
Antifaces de tu encanto
Adormecen la pureza en maligna inacción

Tras la entretela de un gemido
Se manifiesta la agonía de la luz
Y la triunfante densidad sombría recordando sui beldad:

“cuerpo deshonrosamente humano,
no prohíbas el desliz de tu alma a mis vaivenes”

triste arlequín de mis ensueños,
dulce néctar de la mezquindad...