Doña Remedios, esta tarde está de un humor de perros. Un alumno, Carlitos, de nueve años de edad, ha pretendido burlarse de ella, haciéndose pasar por su padre para justificar su no axistencia a la escuela alegando se encontraba enfermo.
Doña Remedios, a la vista del comportamiento de su alumno, cree conveniente dedicar la tarde a impartir a sus alumnos una lección moral sobre el valor y nefastas consecuencias de la mentira, a fin de evitar situaciones desagradables como la que esta tarde le ha tocado vivir telefónicamente con Carlitos.
Al iniciar la clase, con Carlitos ya incorporado a su habitual banco, doña Remedios les dice que hoy la lección va a tratar de ética y moral, referida esencialmente al tema de la mentira. Y de modo pormenorizado les habla de lo que en sí entraña la mentira y sus consecuencias morales y hasta físicas que se derivan de ese nefasto vicio. Les explica que en la vida de los pueblos existe un compendio de normas de obligado cumplimiento que se recogen en un tratado que se denomina código penal, en el cual entra la mentira la cual puede conducir a la cárcel, ya que con mentira se engaña y el engaño es una de las premisas que determina la existencia de estafa, lo mismo que la mentira es consustancial a la suplantación, que también es una figura delictiva definida en el código penal. Al llegar a este punto, doña Remedios, dirigiéndose directamente a Carlitos, al que señala con su dedo acusador, dice:
-Ya que tratamos de esta cuestión, tú, Carlitos, que de esto tanto sabes, dime: ¿qué es suplantación?
Carlitos, sin levantarse de su asiento y con voz alborozada por conocer la respuesta, contesta rápido:
-El huerto de mi papi.
Doña Remedios, cuyo mal humor aún no se le ha pasado, increpa a Carlitos con tono desabrido:
-¿Acaso pretendes volver a burlarte de mí? Ven aquí enseguida y ponte de rodillas.
Carlitos, cuyo alborozo se ha trocado en sentimiento de miedo, se acerca al estrado, y llorando se defiende, diciendo:
-Pues en casa, cuando mami nos sirve verdura o tomates, o cualquier cosa que viene del huerto, mi papi siempre nos repite lo mismo: que son de su plantación.
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