En verdad me quieres?, pregunte al separar mis labios de los suyos,

Por supuesto... contesto él.

Que acaso no lo sabes? – pregunto el a su vez –

Nuestros labios se unieron nuevamente, mientras mi cerebro seguía analizando su respuesta.

Al separarnos de nuevo pregunte otra vez... ¿ pero como sabes si lo que sientes es amor o solo deseo?...

Por que lo siento!

Cual de los dos?

Los dos, por supuesto...

Pero y si es mas grande el deseo que el amor?..

Que?

Si... si tu amor es mas pequeño que el deseo de tenerme en una cama?

Que pasa contigo? – me cuestiono algo molesto –

Es que no estoy segura de querer entrar contigo a una habitación – respondí –

¡ Pues no lo hagas! – dijo molesto, mientras se separaba de mí –

Estas enojado?

No, solo que no se que te pasa!

Tengo dudas, acaso tu no? – le pregunte –

Bueno, por supuesto que si, como voy a saber de que tamaño es el amor y de que tamaño el deseo...

Acaso tu lo sabes? – devolvió mi pregunta –

Por supuesto que no! – conteste de inmediato –

Nuestra discusión siguió por algún rato mas.

Tiempo después terminamos nuestra relación sin haber tenido sexo.
Aun ahora y después de hacer el amor con varias personas, no he logrado conocer la medida que tan insistentemente busque en aquella ocasión.

Sin embargo... creo que la medida la perdí entre las palabras de esa discusión absurda.