Empezó a escribir tarde, pasada la treintena, por casualidad, por necesidad, no se acordaba. Primero como todo el mundo, en la intimidad, pequeñas anotaciones en servilletas, frases sueltas, ideas, algún que otro verso, poco a poco fue emergiendo dentro de él ese escritor que tal vez toda persona lleva dentro y que unas veces sale y otras muchas nunca aparece. Un día sacó de la estantería un cuaderno de tapas rojas y hojas en blanco, comenzó a plasmar esas historias que daban vueltas en su cabeza, historias que surgían de lo cotidiano o de lo imposible, al cabo de no demasiado tiempo ese cuaderno se había convertido en varios cuadernos. Nunca compartió sus relatos con nadie pero una tarde hurgando por internet halló una página literaria y empezó a subir sus relatos, personas que no conocía de nada comentaban y valoraban sus escritos, eso le hizo crecerse como persona y como creador. Se sentía seguro, así que registró sus relatos y comenzó a enviarlos a todas las editoriales habidas y por haber, la respuesta siempre amable pero negativa, hasta que llegó el día, su día... Entró en el edificio acristalado, con su carpeta llena de ilusiones y el mensaje con la cita para cerrar el acuerdo de su publicación, se encontraba como soñando pero sabía que hasta después de la firma no habría nada seguro. Dos horas después se sentía el hombre más feliz del mundo, nunca antes un escritor novel había realizado una tirada de un millón de ejemplares, iba a ser el más conocido en el mundo de habla hispana y ya pensaba en el momento que se tradujera a otros idiomas. Tres meses después, el día que su obra veía la luz, corrió ansioso a comprar el periódico, llegó a las páginas centrales y vio el anuncio a doble plana y en color:
PAPEL HIGIÉNICO MARGARITAS DEL CAMPO, PONGA CULTURA EN SU BAÑO, NUESTROS ROLLOS DE TISÚ DOBLE CAPA SUAVES Y FRESCOS COMO LA HIERBA EN PRIMAVERA AHORA CON LOS MEJORES RELATOS CORTOS IMPRESOS PARA QUE NO SE ABURRA EN EL TRONO DE SU HOGAR
Sabía que solo sería el principio de una larga y prometedora carrera como escritor, ya tenía en mente su próxima idea, rollos de papel higiénico para niños impresos con cuentos infantiles....
René agradecido te estoy, que aunque no quisieras tuviste tú la culpa, gracias... |