Acá vengo
veloz y traicionero
arrastrando lo que tengo
y diciendo “soy sincero”,
más no puedo evitarlo
ni cortar su desvergüenza
quisiera estrangularlo
y evitar que me venza,
ventisca dicen algunos
los otros que huracán
y no aciertan ni los unos
ni los de más allá,
diciendo llega
¡yo soy el viento!
no hay quien pueda
contra este tormento,
¡ni apretando los dientes
ni taponando con el “deo”
pudo hasta el más pudiente
aguantarse tan magno “peo“!
que más quisiera dios santo
que oliera a lindas flores
ni de lejos llega a tanto
es puro cocido de coliflores,
lo que era fuerte viento
es ahora tensa calma
y todos miran atentos
en el pantalón la mancha,
me marcho con orgullo
andando como un pato
y es de perogrullo
que este peo pesa un rato,
lo juro...