El niño respondió rápidamente: “El sol, la luna y las estrellas”, antes de que finalizara con la adivinanza el dueño del local de dulces.

“Correcto” afirmó el dulcero al niño, “Tres negros salieron de una Francia / corre que corre, ninguno se alcanza”

Para el niño cada adivinanza era un reto que no tarda mucho en reflexionar su respuesta. Y cada mañana salía en busca de más adivinanza en los locales de la avenida cercanos a su casa.


No sabiendo que esa mañana se toparía con una bastante complicada para él, pero no difícil de responder.

Hasta hubo quien compró un libro de adivinanza, con fondo de un cochinito de navidad, solamente para complacer los juegos del carricito. Y Él era el que realmente lo hacia pensar.

Ese señor quien compró el libro gozaba una bola tanto como el carricito todos los días cada vez que se pasaba por su comercio de baratijas de vidrio.

Conté que le gustaba poner a pensar al jovencito con unas adivinanzas que había leído la noche anterior en el libro. Ese día el vidriero le dijo primero “Ayer fui hombre / hoy soy mujer / y al paso que voy / Dios pienso ser”.

El niño no tardó en dar la respuesta más oportuna cuando reparó con una mirada hacia la iglesia, que quedaba frente a la vidriera, y después hacia el rostro del vidriero: “El trigo”.

“Jejejeje” dijo el vidriero que sabía que esa adivinanza estaba muy fácil para el jovencito.

“Bueno…”, acotó el vidriero “…A mí todos me solicitan / yo no solicito a naiden / todos preguntan por mí / yo no pregunto por naiden”

Por vez primera el niño se sentó en el suelo frente al local de vidriero pensando en una respuesta para la adivinanza que le había puesto aquel hombre de faz amistosamente incrédula.

Él reparó de inmediato lo difícil que le estaba yendo al carricito, y le pregunto: “¿quieres una ayuda?”

El niño afirmó un sí con su rostro aún concentrado en la adivinanza.

De inmediato el vidriero comenzó a improvisar diciendo “Me picaron mal, pues por el centro no fue/ soy usando en la coci...”

Y el niño grito “LA SAL”

Daniel Gutiérrez Carrasco