El caracol jubilado
¿Se puede aceptar o compartir un dialogo sin mirar a los ojos? ¿Se puede escuchar lo mismo sin pensar diferente?
Yo dije que no, yo digo tal vez, yo diré que si.
No te dejes caer, el límite esta al alcance de tus cinco sentidos y el infinito esta por construirse. Alma que danza en medio de la nada ya no esta sola, es ella y su coreografía, es terreno fértil para su capacidad de amar, es oportuna salvedad de los insolentes límites, carcoma que despierta decisiones, combustión del ritmo solar.
Un pequeño caracol hace la cola junto a otros pequeños caracoles, todos ellos dispuestos a pagar los impuestos en la caja de un Banco recaudador acreditado para dicha función. El caracol cobrador, el cajero cobrador, sabe contar muy bien y sobre todo sabe sumar de forma exacta.
Los demás caracoles saben esperar y giran en su coraza galáctica sin fin. Un caracol jubilado que llega en taxi a dicha entidad recaudadora, con bastón en mano se apresta a integrarse al concurso de fastidiosos gestos y detenidos procesos rutinarios.
¿Qué se dice en esta circunstancia de apremio?
Nada.
El caracol jubilado encuentra su lugar al final de la fila, le hace señas al taxista para que este se marche pues hay una larga caravana de pacientes moluscos delante de él. ¡Ah! Querida buena voluntad ¿Cómo hacer para que se derrita la indiferencia? ¿Por qué no recitar a coro la obra cumbre del gran paciente? Pero no todo es baja presión, en esta sala también late la humildad del viejo caracol que asume la responsabilidad de ser el que cierra la puerta. Jubilado del que hacer para mañana, amasando oportunidades durante toda su vida, es el que conoce las espaldas de todo el mundo y el que cerrará la postrera ilusión. Sospecho que debe ser un jubilado longevo de vertiginosa pausa y compás indiferente, montañoso ser de cumbres posibles y llanuras abiertas.
El me dijo: - No todo esperar es solo esperar, fundir el desenfreno con la actitud es el siguiente paso y así hasta alcanzar la habilidad para poder manejar bien este bastón -.
¿No será mucho esperar? |