Que todo sea muerte y muralla
Tristeza en los ojos, sangre aprisionada
Las rosas sosteniendo su difícil equilibrio
Contra el viento plagado de aires extraños
Mi religión sin quimera y suplicio
Un resorte que se acciona tras el oscuro corredor del silencio.
Que la noche sea larga
Y la tarde corta,
Que las hadas se olviden de cantar cual sirenas
Pues yo no quiero escucharlas
Y si cantan no las oiré
Y si cantan pegaré mis oídos a la pared
Muy fuerte hasta que duelan
Y no escuchen nada
Texto agregado el 09-02-2005, y leído por 373
visitantes. (8 votos)
Lectores Opinan
07-07-2008
me encanto.besote almaguerrera
22-03-2005
Me gusta mucho, es cierto! A veces no quisieramos oir, y duele para poder evitarlo. campesina
07-03-2005
Toda negatividad tiene su razón de ser. Me gusta tu texto. Lu Lurylow
15-02-2005
ROMANTICAMENTE LUGUBRE, TENGO UNO CON EL MISMO TITULO elisatab
11-02-2005
Muy duros tus versos. Deseo que sean ficción y no broten de tu corazón. Estaré a la espera de tu siguiente composición a ver el tono... Un saludo. Ruth