Las estrellas flotaban en el mar de la descepciòn,
eran tiempos de hambre y el mundo pedìa un corazòn,
entre ausencia y cansancio la tarde cambiò de color,
Bajo lenguas de fuego el cielo se desmoronò.

El reflejo y la sombra voltearon la risa al terror,
una màscara vieja, un andar que se quiebra
cansado, sin luz;
luego el frìo anidando con ojas de otoño del sol
y una luna desnuda con labios pintados de azul

Ya pasò tanto tiempo que no cabe en este reloj,
y este cìrculo hizo silencios, no hizo el amor,
y los labios de la ùnica luna que no me olvidò,
bajo lenguas de fuego, me disolviò.