Recuérdame,
yo procuraré no hacerlo.
Esa mirada fría,
océanos de hielo,
y tu mano como un fantasma
ajeno de cuerpo
y quizás de pensamiento.
Jamás pensé
en la verdad de un poema,
ni imaginé nunca
lo que nunca debió...
lo tuyo...
casi mío...
todo bajo tu...
miseria,
egoísmo,
ponte la máscara,
que se te ha caído.
Jamás pensé,
jamás creí,
pero en tí sí,
lo reconozco,
creí y me confundí.
Reproches y maldiciones,
cicatrices y todo otra vez,
olvidar el tal vez,
otra vez,
un sueño de mí,
de pesadillas de tu voz,
huyen de aquí,
mis ilusiones
se desangran,
falsas ideas
de ímpetus infantiles,
se esfuman así,
tan fácil como tú,
rompiendo recuerdos. |