Francis entró a la sala en donde velaban a su novia Ivy, y notó el amargo ambiente, el aroma a nardos que adornaban las coronas, el ruido del llanto desconsolado y el triste color negro en las vestimentas de las personas.
Todos voltearon al verlo, pero él los evadió y se dirigió hacia Ivy. Tenía el cabello ondulado y aunque estuviera muerta, todavía tenía brillo, sus manos pálidas estaban suaves como el algodón y aún había en el aire el inconfundible aroma a jazmines que la caracterizaba de las demás.
La miró dulcemente y de pronto lo sorprendió una lágrima cristalina que rodó por su mejilla fría.
Una mano se le posó en el hombro y al notarlo se limpió rápidamente la lágrima
- Francis, lo siento mucho sé que la amabas de verdad y mi hija también sentía lo mismo por ti
- ¿Qué le sucedió?- le preguntó tratando de contener las lágrimas
- Anoche cuando llegué a casa la vi. dormida profundamente, me le acerqué y noté que su respiración era lenta. Estaba tibia, me asusté y vi. que tenía en las manos mis pastillas para dormir, solo tenía dos, busqué las demás, pero solo vi al frasco tirado en el suelo y vacío.
Hubo un silencio, en el que ambos cruzaron miradas frías con un toque de tristeza.
Él volvió su mirada a la joven y de pronto volvió sus ojos a la mujer, que con un hilo de voz le dijo:
- Ella solo quería dormir y al fin descansar.
A Francis se le llenaron los ojos de lagrimas y lentamente de fue alejando, pero la mujer lo amarró del brazo y le entregó un pequeño libro en el que el título decía “Diario íntimo de Ivy”
- ¿Por qué me lo da?
- En la última hoja dice que te lo entregue a ti
La mujer al decir esto se alejó.
Estaba a punto de abrir el diario cuando de pronto escuchó la voz de un chico.
- Hola tú debes ser Francis ¿no?- le preguntó el chico penetrándolo con la mirada
Francis lo miró extrañado y respondió
- Sí, soy yo ¿y tú… quién eres?
- Soy Alex, un amigo de Ivy, pobrecita ya no lo soportó más
- ¿Qué cosa?
- Tienes su diario, ahí te enterarás
- Pero…
- Solo lee
Francis se sintió raro ¿qué pasaba? ¿Por qué Ivy le habría dejado su diario? No pensó más, se guardó el diario en el bolsillo de la campera y se retiró lo más rápido posible.
Afuera corría un fuerte viento acompañado de una gran tormenta, no había llevado paraguas, así que se empezó a empapar, pero no le importó.
Abrió de un tirón la puerta de su casa y salió a saludarlo su gato siamés, él le acarició la cabeza y subió a su habitación ansioso por leer.
29/9/04
De noche:
Querido Francis:
Hoy me regalaron este diario, nunca me ha gustado escribir en diarios, pero ya que me lo dan empezare a hacer estas memorias. Seguramente te preguntaras porque desde ahora en adelante todo el diario empezara con “Querido Francis”, bueno he decidido contarte todo a ti, ya que eres la única persona en la que confió.
Esta noche está fría, afuera corre un fuerte viento, me gusta el clima, pero a la vez espero que no este tan frió para mañana, porque como sabrás es mi cumpleaños.
Te cuento que desde que te fuiste a Francia me he sentido sola, bueno pero dirás si tienes a tus amigos a tu lado, resulta que ya casi no me hablan, Cassandra y Richard andan alejados de mí y cuando quiero hablar con ellos me evaden.
Bueno ya es tarde, casi son las doce y tengo sueño, te seguiré escribiendo mañana.
Adiós
Ivy
Francis cerró el diario y se quedó un leve instante pensando, en todo lo que abría pasado Ivy mientras él no estaba, y supuso que tal vez hallaría la respuesta al porque de su suicidio.
Guardó el diario en su mesita de luz y se acostó.
El joven apenas despertó, dio un largo bostezo, se estiró y dirigió su mano a la mesita de luz y extrajo el diario.
30/9/04
De Día a las 6:30 hrs.
Querido Francis:
Como verás hoy me desperté temprano, no sé porque pero no tengo sueño. Al fin cumplí los 18 años. Pero por alguna razón no me siento feliz, no sé que me pasa, tal vez sea porque no te tengo a ti, te extraño tanto, que no sé como pasaré este tiempo sin ti.
Bueno te escribiré luego, en la noche
Ivy
De noche:
No sabes lo pase muy bien, me regalaron de todo y extrañamente Cassandra y Richard vinieron a visitarme y se disculparon por su comportamiento de los otros días.
En la tarde salí a pasear y me encontré con un chico que hacía años que no veía, perdóname por no haberte comentado sobre él, es que no pensé volver a verlo, su nombre es Alex y tiene 22 años, lo conocí cuando tenía 14 años, éramos buenos amigos, pero luego sus padres se mudaron y no nos volvimos a ver.
De alguna manera recordó mi cumpleaños, me felicitó y me abrazó como en los viejos tiempos, pero…
Francis cerró el diario ya que llamaban a ala puerta. La fue a abrir y se encontró con Cassandra.
- Hola ¿Cuando regresaste?
- Ayer y me dieron la mala noticia de Ivy
- Fue terrible, pero… yo sabía que algo andaba mal
- ¿A sí?
La chica observó el diario en la mano de Francis y le dijo:
- Que bueno. Ella me dijo que te estaba escribiendo su diario
Él se le acercó y de pronto la amarró del brazo. Ella solo lo miró y notó en sus ojos una gran angustia y simplemente le habló en tono calmado:
- Francis entiendo tu dolor, pero solo sigue leyendo el diario porque encontrarás la respuesta
Ella se despidió y el volvió a agarrar el diario
…de repente empecé a ver imágenes, imágenes horribles, vi la muerte de Alex, me le alejé rápidamente, mientras miraba sus ojos, que estaban tranquilos y que no parecían haberse exaltado por mi reacción. Le di cualquier excusa y me fui.
Mañana te seguiré escribiendo.
Adiós
Ivy
Francis sintió una gran curiosidad sobre lo que le habría sucedido a su novia y sin importarle la hora siguió leyendo.
1/10/04
De tarde 18:00 hrs.
Querido Francis:
Hoy está nublado, no llueve pero igual el día tiene un aspecto triste.
Me he recuperado de lo de ayer. Eso sí no he vuelto a tocar a nadie.
Alex vino a mi casa y le conté sobre el episodio de ayer y claro, también me disculpé. Al contarle él ni siquiera pareció sorprenderse, bueno el casi nunca se sorprendía por nada, aunque me dio una recomendación “Trata de no asustarte, cuando te saluden no le tomes las manos, más si es un ser querido y principalmente no tomes las manos de tu madre”. Como verás esto me dejó confundida, no le dije nada y el luego se fue.
Esto fue lo más importante
Adiós
Ivy
Francis los ojos s ele empezaron a cerrar y decidió guardar el diario. No sin antes sentir una gran impotencia por no haber estado al lado de ella cuando lo necesitaba.
Serían las 3 de la mañana cuando el despertó sobresaltado por un sueño, en el que Ivy le pedía a gritos ayuda y él no podía hacer nada. Como no podía volver a dormir se dispuso a leer un poco.
De noche 22:30 hrs. 2/10/04
Quedito Francis:
Aunque no lo creas hoy salió el sol y me he sentido mejor, al parecer mi ánimo cambia con el clima ¿No es algo curioso?
Por un descuido he tomado las manos de Richard y he visto su muerte, inmediatamente lo solté y me largué a llorar, él me miró extrañado y luego me abrazó. Aunque Alex me había dicho que tratase de no asustarme me es imposible y más con saber en la forma que morirá.
Perdona pero mi madre me llama, así que mañana te seguiré escribiendo.
Adiós
Ivy
De tarde 15:37 hrs. 3/10/04
Querido Francis:
Hoy el clima está templado y mi ánimo también.
Sabes… desde que he descubierto este don o mejor dicho desde que apareció mi vida ha empeorado, ¿Qué ya no era suficiente con no tenerte?
Mi madre me preguntó sobre el porque de mi melancolía y solo le respondí que estaba triste por tu ausencia, no me creyó y suavemente me tomó las manos y empecé a ver esas horribles imágenes. La solté y salía corriendo, entonces ella me dijo algo que me dejó helada “Sé que viste algo sobre mi muerte”. La miré totalmente asombrada y corrí a mi habitación.
Francis ya no sé que hacer, esto me está matando lentamente por dentro y necesito ayuda, si nadie me ayuda, entonces yo…
Adiós
Ivy
Al leer lo último Francis dedujo que fue en ese momento en el que ella empezó a tener la idea de suicidarse.
Miró su reloj serían las cuatro y media pasada, así que ya que tenía algo de sueño volvió a dormir.
Como era sábado y no tenía que hacer nada siguió leyendo, ya que al juzgar por el título que ponía Ivy dedujo que ya se acercaba al final.
El antepenúltimo día
De noche 20:30 hrs. 4/10/04
Querido Francis:
“Avisos Fúnebres”
“Al lado de pequeñas cruces negras
-Anclas echadas en finales puertos-
Yacen los nombres de los muertos
Del día, horizontales
Como muertos reales.
Enorme ahora, sobre el papel frío,
Junto a las cruces bailotea el mío”
Alfonsina Storni.
Desde ahora te diré que estas serán las últimas hojas que escribiré, ya que pronto me iré. No es por ser cobarde y temer a enfrentar mis problemas, si no que es porque simplemente ya no puedo más.
Hoy mi madre me volvió a tomar las manos y vi. Su final, pero algo sucedió, al parecer ella se asustó y me dijo “Por favor no hagas lo que piensas hacer, yo también he temido esto, me es muy difícil sobrellevar esto, pero… por favor hija no lo hagas”. No le respondí, solo me quedé observando sus ojos llenos de lágrimas, la abrasé y redije que no se preocupara y que no llorara, que sea fuerte como siempre lo había sido.
Bueno esto es todo, el tiempo se me acaba lentamente.
Adiós
Ivy
El penúltimo día
De tarde 18:00 hrs. 5/10/04
Querido Francis:
Hoy ha vuelto a llover, ¿Acaso la lluvia ya sabe que mi muerte se avecina?
“Presentimiento”
“Tengo el presentimiento que he de vivir muy poco.
Esta cabeza mía se parece al crisol,
Purifica y consume,
Pero sin una queja, sin asomo horror,
Para acabarme quiero una tarde sin nubes,
Bajo el límpido sol,
Nazca de un gran jazmín una Víbora blanca
Que dulce, dulcemente me pique el corazón.”
Alfonsina Storni.
Entube toda la mañana encerrada en mi habitación, mi madre se preocupó porque no quise comer nada, pero no me importó ¿para qué comer?, si como dice Alfonsina Storni “… ¿y para qué? ¿Y para qué? Si moriré…
Lo siento pero no me siento con ánimos, así que solo espera a que llene la siguiente hoja, la última hoja.
Adiós
Ivy
El último día
De tarde 15:00 hrs. 6/10/04
Querido Francis:
La tarde está sin nubes y el sol refleja sus rayos por las frondosas copas de los árboles, es un día hermoso, perfecto justo como lo quería.
Al parecer mi madre también posee el mismo don que yo, me pregunto ¿Cómo lo habrá sobrellevado? Nunca le pregunté, porque ella siempre anda atareada con el trabajo y casi nunca tiene tiempo para mí.
En la mañana fui a visitar por última vez a Cassandra y a Richard, por la forma en la que me despedí de ellos, cassandra al parecer sospechó que algo no andaba bien y me preguntó si estaba bien, fingiendo una leve sonrisa le respondí que sí y le dije que por favor te entregará este diario.
Mi querido Francis, mi dulce amor, sé que llegarás mañana y que me abrazaras con todas tus fuerzas por el largo tiempo que no nos vimos y me aterra la sola idea de ver como morirás, no lo podría soportar, sería terrible, es por eso que decido irme.
Perdóname por lo que estoy por hacer, pero ya he tomado esta decisión.
Mi madre me ha dejado una nota diciéndome que volverá en la noche y he visto su frasco de pastillas para dormir.
Adiós mi alma, nunca te olvidaré.
“En esta siesta de oro, dulce porque supongo que en ella he de morirme, mientras pájaros finos
Bajo laureles-rosas vocalizan sus trinos,
Siento, desconocido, que en tu ser me prolongo.”
Alfonsina Storni
“Te acuerdas del atardecer en que nuestros corazones se encontraron?
Por las arboladas y oscuras calles de la ciudad vagamos
Silenciosos y juntos. Venus asoma por una azotea mirándonos andar. Yo te pregunté: ¿Qué forma le ves tú a esa estrella?
Tú me dijiste:- la de siempre.
Pero yo no la veía como habitualmente, sino aumentaba con extraños picos y fulgurando un brillo verdáceo y extraño.
Alfonsina Storni (Fragmento de Poemas de amor, poesía en prosa parte L)
Hasta luego
Ivy
Francis guardo silencio y comprendió el miedo de su novia.
Alguien tocó la puerta y él fue a atender.
Era la madre de Ivy.
- Hola, ¿ya terminaste el diario?
- Lo acabo de terminar
- Espero que me perdone, nunca tuve tiempo para hablar sobre eso con ella, siempre temí que heredara ese don, que más que un don es una maldición, pero… también me enteré tarde, demasiado tarde…
- Pero… ella se sentía sola y al parecer mucha confianza no le tenía.
- Es cierto
Hubo un silencio
Ella se despidió y le pidió perdón a él por no haberla escuchado y por eso haberla dejado morir. Francis no le dijo nada y simplemente la dejó ir.
Nunca la olvidaría y de alguna manera el sabía que ella siempre estaba con el y con solo saber eso se alegró un poco y pudo seguir adelante.
Fin
Nota de la autora
Bueno para realizar esta historia, requerí de momentos de concentración, de observaciones y conversaciones y por supuesto de l ayuda del libro de Alfonsina Storni,
Por sobre todo agradezco a Dios por haberme brindado este maravilloso don de plasmar lo que mi mente piensa y siente y a mis padres por sus halagos y correcciones.
Melisa Gómez Astorga
Bibliografía
Alfonsina Storni
” “Avisos Fúnebres” poesía no publicada en libro (1920)
“Presentimiento” del libro “El dulce daño” en la parte de “Bajo la noche”
“Queja” la frase ¿y para qué? ¿Y para qué? Si moriré… es de este poema del libro “El dulce daño” de la parte “Los dulces motivos
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