Querida itica. Hoy las palabras agonizan en mis labios. el arte de escribir se vuelve más díficil que nunca. Aquel monejito de nervios a quien llamabas de esa manera en tus poesias, sufre por que te marchaste lejos y te convertiste en un ser espiritual al lado de Dios. fuiste tan importante para mí, que las lagrimas hoy no paran de acariciar mis mejillas. Pero bueno, esa es la ley de la vida. Sólo te pido que en el mas allá, junto a Dios, te acuerdes de tu nieto, de esta personita que nunca, nunca dejará de pensar ni un solo instante en tí. Ahora eres un angelito, espero y le pido a Dios que seas siempre mi angelito de la guarda. tus suspiros desde la eternidad serán para mi un aliento, un ánimo para seguir adelante. Bueno en realidad ya la tristeza me invadió demasiado y no puedo escribir más. te amo.