Una tarde a la edad de 13 años, y viendo en la televisión la tragedia del once de septiembre del 2001,junto a mi padre le pregunté:¿Porqué Dios es tan injusto?, ¿Porqué la gente se empeña en destruir cuando utilizando la misma fuerza lograría maravillas?, ¿Porqué existen tantas divisiones si desde la Luna no hay fronteras?,¿ En donde está Dios que ha permitido que todo esto suceda?, ¿Se acabará el mundo papá?, me entristecía tanto pensar esto, y el me miró a los ojos y me dijo: Ana no culpes a Dios de lo que pasa en el mundo, eso si que es injusto, Dios somos todos, no va a venir Dios a decirnos no se maten, no destruyan,si hacemos de la Tierra un infierno es por nuestra estupidez. Yo seguí blasfemando, así pasó el tiempo hasta que al ver de nuevo la tragedia de la guerra en Irak recordé sus palabras y pude comprenderlo todo, la única arma para defendernos de la ignorancia, de nuestra estupidez y la maldad que acecha el mundo, es el amor a los demás.
Gracias papá por siempre tener una respuesta a mis preguntas y por darme esa arma que nos ayudará a vivir mejor. |