Desperté aquella mañana...y sentí que mi cama no estaba sola....me di vuelta estabas tú; aún dormida, y tan sólo me dedique a mirarte y pensar....sólo pensar. Tus manos cubrieron mi espalda...y las mías comenzaron a acariciar tu rostro...tu labios;...esos labios que deseé alguna vez...esos labios que quizás hoy aún deseo...pero no te lo digo...quizás por miedo...por ese miedo a perderte, a no verte más...a dejar de ser quien soy para ti...y por eso sólo me conformo con mirarte y acariciarte. Pasaban los segundos, que para mi eran horas de felicidad de emoción a punto de estallar....la mujer que soñé una vez estaba a mi lado, y comenzaba a abrir sus ojos. Me puse nervioso, pero me calmaste...con una sonrisa....con un beso en mi frente, que mejor manera de despertar, de vivir...ojalá ese momento no hubiese terminado nunca, ojalá aún te tuviese abrazada a mi cuerpo, observándote, sintiendo tu corazón latir fuertemente y tu respiración en mi oído...que más puedo pedir...contigo lo tengo todo...tengo la protección, la ilusión, el cariño...eres un sueño...y te lo dije...me miraste extrañada, me sentí mal....pero me sonreíste, era la ocasión perfecta para decir lo que sentía por ti...y no me apresuré...seguí mirándote fijamente a los ojos...acariciando tu cabello, tu cara...lentamente tus labios....y te besé. Te besé como nunca besé a nadie...como nunca sentí entregarle tanto amor a nadie...que al terminar...me miraste y me dijiste gracias...no entendía...tus palabras...me sentía tan feliz...que era incapaz de asimilar las palabras y los actos...me di vuelta un segundo...cerré los ojos...tus manos en mi pelo...las sostuve...y comencé a besarlas tiernamente...un chirrido tormentoso....terminó con la calma de mi habitación...abrí los ojos...no estabas....todo había sido un sueño...No eras Tú...tan sólo mi corazón que pedía a gritos volver a dormir...