El vidrio se empañaba con su respiracion agitada. Son las nueve menos cuarto, ella ya tendria que haber llegado.
Rocio estaciona su coche y entra al shopping. Hoy empiezan las rebajas . Entra en una tienda y elige una falda negra y una blusa blanca. Se mete con prisa en el probador, no quiere llegar muy tarde a la oficina, ademas, su jefe la espera para ese bendito informe. Ella esta cansada de hacer siempre lo mismo y de que javier se haya ido. Me lo llevo puesto, gracias.
Ahi esta, es ella, ya llega; él se pone mas de ese perfume francés y se sienta detras de su escritorio a esperarla.
Rocio, pase, siéntese. Me ha traido el informe?
Ella se acomoda en la silla, de manera que el señor Martinez aprecie bien sus pîernas bien torneadas y su pecho color canela pidiendo liberarse de su blusa estrecha. Aqui lo tiene, señor Martinez.
Enseñemelo, Rocio, mas de cerca, que sin las gafas, ya sabe, no veo muy bien.
Y Rocio le enseña el informe, y sus piernas y sus pechos firmes y sus caderas. Todo le enseña Rocio, tambien su infancia en ese pueblo y en esa casa donde se comia poco, y sus cicatrices y a javier que se ha ido. Y el señor Martinez la comprende, al fin y al cabo el es un buen hombre, con principios...y la recuesta suavemente sobre el escritorio y le quita la falda nueva, comprada por solo cinco euros. Rocio ya no tendra ese tipo de preocupaciones, afortunadamente, qué buen hombre el señor Martinez! |