-No quisiera separarme nunca de ti vida mía. Eres mi sol, mi aire, todo.
-Para mi eres mucho más que eso,mi amor. Cuando estoy contigo soy la mujer más feliz de la tierra.
-Nada ni nadie podrá separarnos.
-No mi vida, no, nada lo logrará.
-¿Quieres ser mi esposa?
-¡Siiiiii! ¡Lo deseo! ¡Que alegría más grande me das!
-La alegría me la das tú, mi vida.
-Te amo tanto.
-Yo también. Soy muy feliz contigo.
-Estoy esperando un hijo. ¡Un hijo tuyo!
-Mi amor, mi amor. Gracias por este hermoso regalo que me haces y que viene a perpetuar nuestro amor.
-Pero si es igual a ti mi vida.
-Te equivocas. Tiene tus mismos ojos, ¡ah! y tu risa cantarina. Te amo tanto. Tanto, tanto, tanto.
-¡Tontito! ¡Loquito mío! Ahora nuestra felicidad será completa.
-Te amo mucho mi vida.
-Yo también.
-¿Qué te pasa!
-Nada.
-Mmm. Algo te pasa.
-Nada, nada.
-Mi amor. Le traigo un regalo. ¿Y por qué esa cara?
-Nada. Cuidado con mojar el piso ¡Cuidaaaadoooo!
-Perdón, pero no es para que te enojes. Toma tu regalo.
-Déjalo encima. Después lo veo.
-Idiota.
-Imbécil.
-¿Se le pasó la rabia?
-Hágame cariño, me siento triste.
-¿Por qué? Para eso está Vivianita, para que la acompañe cuando estoy en la pega.
-Me faltas tú.
-Amor. Usted sabe que tengo que salir a trabajar sino ¿Cómo pagamos las calillas?
-Mmmm. Hágame cariñito mejor.
-¿Para donde vas?
-A jugar baby futbol con los compañeros. Pero si ya le dije.
-¿Y no llevas nada? ¿Y tu equipo y tus zapatillas?
-Los dejé en la oficina. Allá nos vamos a encontrar con los muchachos.
-¿Hoy domingo? ¿Y acaso no está cerrada la empresa los fines de semana?
-Esta vez no. No ve que también juegan los jefes.
-¿A que horas vuelves?
-No se, no se. No me espere a comer.
-¿Qué le pasa mi vida?
-¡No me toques! ¡Saca tus manos!
¿Está enojada?
-¡No me hables! ¡No quiero saber nada!
-Bueno, me voy.
-¿Con tu amante? ¿La vas a ver no es cierto?
-¡Eres obsesiva con el tema!
-¡Tengo mis razones! ¡Infame! ¡Mentiroso!
-No me grites mierda. ¿Quién te crees que eres para tratarme así?
-¿Viste lo que conseguiste desgraciado? ¡Despertaste a la Vivianita!
-Mi amor, tenemos que conversar.
-¿De que? ¿Qué ganó tu equipo? ¿Qué al Jaime ese se le torció un tobillo cuando salió a cortar un centro? Porque eso es de lo único que me hablas.
¿Quieres callarte por un solo segundo para que yo pueda decirte algo?
-No me interesa, ya no me interesa.
-¿Quiere que le sirva un cafecito?
-No gracias.
-De nada poh. ¿Qué te pasa?
-Déjame tranquilo. ¿Y que te sucede ahora? ¿Por qué estás llorando?
-¿Y esas flores?
-Hoy cumplimos dos años de casados, felicidades mi amor.
-¡Huy que está cariñoso!. ¿Me va a invitar a comer afuera?
-No. Usted sabe que no se puede. Acuérdese que tenemos que pagar el préstamo y que ya no tengo horas extras.
-Pero esta era una ocasión especial, podrías haber ahorrado.
-¿Y que hablas tú? Si yo no llego con este ramo de flores, ni te das por enterada que estábamos de onomástico.
-¡Ya no me quieres!
-Empezamos.
-¿Me perdona mi amor? Estaba alterada denantes. Perdóneme ¿Ya?
-Déjame tranquilo. Ya me fregaste la noche. Ahora sólo quiero dormir.
-Claro. Nunca se puede hablar con el perla. Pero una tiene que estar dispuesta a todos sus caprichos.
-¿Quieres dejarme dormir? Mañana tengo que madrugar.
-El pues. El pobrecito. El héroe.
-¿Para donde vas?
-Me voy.
-¿Quee? ¿Te vas? ¿Y para donde te vas, si se puede saber?
-Te dejo.
-¿Me abandonas? ¡Claro! ¡Seguro que te vas con la otra! ¿Y no piensas en la niña?
¡Desalmado! ¡Mal hombre! ¡Se va y me deja con todos los problemas! ¡Desgraciado no más!
-Contigo no se puede. Mejor estaré solo.
-Irresponsable ¡Vai a ver nomás! Te voy a demandar. Te voy a dejar en la calle.
-Hazlo. Cualquier cosa es preferible a vivir en este infierno. Atiende a la niña. Está llorando.
-Vos la tenís así, desgraciado. Mal padre.
-Tú con tus gritos y reproches. Neurótica. ¡Me tienes harto! ¡Hartoooo!
-Ándate si te tengo tan aburrida, ándate, vete, desaparece de una buena vez.
-Adiós.
-Mi vida, mi amor, no llore. Su mamita la va a cuidar. Yaaa, no llore tanto pues. Su papito se fue pero va a volver, acuérdese que va a volver.
-Mamá. ¿Por qué se separaron tú y mi papá?
-No preguntes leseras y termina de hacer tus tareas, chiquilla de los mil demonios…
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