Se había trasladado a miles de kilómetros para buscar una salida a su horrible depresión, la cual lo estaba agobiando desde hacia mucho, en su país era un afamado escritor con dinero que no conocía, pero en el pico Duarte solo era uno más entre toda las especies vivientes.
Fue al pico con la intención de bajar cuando se encontrara solo, cuando la presencia de su fiel compañera que lo seguía paso a paso lo dejara en paz, quería salir de ella porque era muy mala consejera, le susurraba insultos y lo invitaba a realizar hazañas que ella no se atrevía hacer.
El temporal lo atrapó casi al llegar a la cima de la elevada montaña, su ropa empapada se ceñía a su cuerpo inyectándole un frío intenso que lo hacia templar de arriba abajo.
Amarró la mula en un llano cuando llegó a la cima, allí comenzó a levantar una casa de campar bajo el fuerte aguacero, su compañera no le ayudo en nada, solo susurraba al oído expresiones negativas que lo incitaba a abandonar el trabajo, pero él luchando contra esos consejos, concluyó la formación de la casa, aunque a su compañera no le agradó esa actitud.
Enojada su compañera lo dejó solo y se fue por un momento, él indiferente se durmió y la lluvia continuaba ferozmente queriendo estropear el techo de lona.
Ella no podía dormir al verlo tan tranquilo, decidió despertarlo bruscamente en plena madrugada, él espantado abrió los ojos con mucho miedo pensando que algo malo pasaba, pero ella lo tranquilizó diciéndole que no era nada malo, aunque le afirmaba que pronto si tenía que pasar lo peor.
El escritor se enojó y salió de la casa a toda prisa, aún continuaba la lluvia y el frío lo abrazó bruscamente al salir, su compañera se quedó dentro y al poco tiempo fue vencida por el sueño mientras que él se retiró lejos y pensaba mil cosas bajo la fuerte lluvia que lo acariciaba con rudeza.
Al poco tiempo ella despertó, salió como un rayo tras sus pasos, por toda parte lo buscó y no lo veía, hasta que lo encontró sentado en el tronco de un grueso árbol, se le sentó al lado y le pasó la mano por la cabeza, a él no le gustaba tal caricia y se levantó de allí.
Ella le siguió de cerca y lo invitó al ver un despeñadero, se lo mostró por todo lado y luego le dijo:
-de aquí debes lanzarte ahora mismo, si es que quiere deshacerte de mí.
El se negaba moviendo la cabeza de izquierda a derecha, pero ella insistía constantemente y no lo dejaba pensar, hasta que lo desesperó y él salió corriendo y la dejó sola contemplando el cruel escenario.
Ella se quedó breve tiempo calculando la caída de su querido amigo, luego fue a buscarlo hasta que lo encontró, estaba leyendo un librito que encontró quien sabe donde, increíblemente las paginas estaban casi secas.
Ella se acercó sigilosamente y de reojo observó lo que él leía, lo cual decía: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en el cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por el.
El que en el cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”
Ella se enojó con la lectura y le arrebató el libro, lo arrojó violentamente bien lejos y se puso a insultar al pobre hombre que salió corriendo como un loco rabioso, ella lo persiguió cruelmente vociferándole mil cosas que lo desesperaban cada vez más, cuando llegaron al despeñadero, el escritor se vio acorralado por las voces que retumbaban en su interior: “lánzate”
Se lanzó al vacío sin pensarlo, mientras ella lo observaba sonrientemente, en el abismo él se agarró de lo que había leído en el librito y aceptó al Señor Dios en su corazón, de inmediato llegó al suelo explotado, muriendo al instante.
Feliz se fue la depresión de aquel lugar a buscar un sustituto que le hiciera compañía en el camino, vio el libro nuevamente, estaba abierto en un lugar que decía:
“Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito esta: A sus ángeles mandará acerca de ti, y, en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra.
Jesús le dijo: Escrito está también: No tentaras al Señor tu Dios”
En Australia, lejos de aquel lugar, circulaba la noticia en todos los diarios: EL AFAMADO PSIQUIATRA HANS LEWIS, escritor de varios best sellers, tales como: “Libérese de la depresión”, “Como poner a volar el estrés”, y “Ocúpese no se preocupe”, está desaparecido en el pico Duarte de la Republica Dominicana.
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