Tú eres el único con poder para destruirme, tú, hombre de cabello oscuro y ojos penetrantes eres el único que pudo entrar en mi alma y alojarse tan cerca de mi corazón.
Hoy no quiero saber del mundo, no quiero ver las mismas noticias fatídicas una y otra vez, quiero que te recuestes a mi lado, que me tomes fuerte de la cintura y que no me sueltes mas. Quiero que toques mi cuello con tus labios, que abras despacio mis labios con tu mejilla, que acaricies mi mejilla con tu nariz y que me beses despacio, tal como lo haces siempre. Quiero que me desnudes mágicamente, que me levantes de la cama y me saques, primero la chaqueta, luego que desabotones uno a uno los botones de mi blusa, para yo poder hacer lo propio con los botones de tu camisa.
Anhelo que lentamente pongas tus labios en mi cuello y que delicadamente bajes por mi pecho, que me sientes en tus piernas y acaricies las mías con delicadeza por debajo de la falda… no, hoy no quiero que apagues la luz, quiero ver tu rostro, tus ojos a medio cerrar cuando te acaricio la nuca y el cabello… deseo fervorosamente que respires en mi cuello, que muerdas mi hombro y que acaricies mi espalda. Quiero que olvides todo lo que paso durante el día, quiero besarte el pecho, los brazos, acariciar las manos que tanto amor me dan. Por favor, no me pidas que esta noche sea yo la que duerma en tu pecho, porque ahora quiero ser yo la que te haga descansar con pequeñas caricias en la mejilla… vamos, sígueme besando, que no te cohíban mis manos en tus muslos, que no te distraiga la música que suena en la calle… fíjate solo en mi, piensa que soy lo único del mundo… no trates de probar lo que probaste antes con otras amantes, quizás mas fogosas que yo, imagina que ambos somos aprendices en esto… olvida a mis antiguos amantes, porque ellos no tienen el poder de compararse contigo, olvida que me conociste llorando en una estación de buses, olvida el por qué de mi llanto… recuérdame como ahora: medio desnuda en tu cama, tocándote como nunca había tocado a nadie… siendo besada por unos labios finos y acariciando una mejilla afeitada en la mañana.
No te levantes, deja que el teléfono suene hasta que se canse, no separes tu piel de la mía, sígueme besando, sigue desnudándome, apriétame, muéreme, tócame… por favor tócame, no me dejes sola. No importa que estén tocando a la puerta, deja que toquen, deja que se vallan, no importa si es importante… vendrán mañana, pero este momento no lo podremos recuperar mañana… huele mi cabello, huele mi cuello, besa mis manos… hazme tuya, aunque, para bien o para mal, ya soy tuya… incluso antes de este mágico momento.
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